LA FALACIA DE LA IZQUIERDA Y DERECHA EN CHILE.

Ensayo: La falacia de la Izquierda y Derecha en Chile.

Introducción:

Desde el retorno a la democracia en Chile, se ha perpetuado la idea de que el país ha sido gobernado alternativamente por gobiernos de izquierda y derecha. Sin embargo, un análisis más profundo sugiere que esta percepción es más una ilusión que una realidad. En lugar de alternancia genuina entre ideologías opuestas, lo que ha existido en Chile es una alianza encubierta y conveniente entre sectores de ambas tendencias, que han trabajado en conjunto para repartirse el poder y perpetuar su influencia. Este ensayo plantea que quizás el actual gobierno de Gabriel Boric sea la manifestación más clara de esta dinámica, representando una pesadilla para aquellos que han controlado el poder desde las sombras.


La Ilusión de la Alternancia Política:

Desde 2005, Chile ha sido testigo de un aparente juego de alternancia en el poder entre la Concertación (y su sucesora, la Nueva Mayoría) y la Coalición por el Cambio (posteriormente Chile Vamos). Estas coaliciones han sido encabezadas por figuras emblemáticas como Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, quienes, aunque provenientes de espectros políticos aparentemente opuestos, han mantenido una sorprendente continuidad en sus políticas fundamentales. Esta alternancia, lejos de representar un verdadero cambio de rumbo, ha sido más un cambio de nombres que de políticas sustanciales.

La Concertación, nacida como una alianza de partidos de izquierda, centroizquierda y centro, gobernó Chile desde 1990 hasta 2010. Posteriormente, se transformó en la Nueva Mayoría, que asumió el poder nuevamente entre 2014 y 2018 con el segundo mandato de Bachelet. Alternativamente, Piñera, con su postura de centroderecha, gobernó entre 2010-2014 y 2018-2022. A pesar de las diferencias ideológicas declaradas, ambos bloques compartieron una agenda política centrada en mantener el status quo económico y social, minimizando los cambios estructurales que la sociedad chilena demandaba.


El Estallido Social y la Crisis del Modelo:

El estallido social (y delictual) de octubre de 2019 reveló la profunda desconexión entre la clase política y la ciudadanía. La respuesta del gobierno de Piñera a las protestas, que incluyó la declaración de estado de emergencia, evidenció la falta de voluntad política para abordar las demandas estructurales de cambio. A su vez, la posterior elección de Gabriel Boric, para algunos, representó un cambio que nunca llegó. Peor aún su gobierno no ha tenido la capcidad para enfrentar los desafíos propuestos, obligándolo a adoptar posturas más moderadas y pragmáticas, alejándose de las promesas radicales que lo llevaron al poder.


Las Cinco Fuerzas Políticas en Chile y su Representación Ciudadana:

La complejidad del escenario político chileno actual puede entenderse mejor identificando las cinco grandes fuerzas políticas que moldean el panorama:

1. Los Comunistas: Adherentes a la ideología marxista-leninista, buscan establecer una sociedad sin clases sociales, con propiedad colectiva de los medios de producción y una distribución de recursos basada en las necesidades individuales. Aunque el resentimiento social hacia la clase dominante y el sistema capitalista es palpable, el Partido Comunista de Chile ha optado por una lucha política y social pacífica y democrática, descartando la lucha armada como opción. Para muchos ciudadanos, representan la esperanza de una verdadera justicia social y equidad.

2. Ciudadanos que dicen no ser de izquierda: Este grupo valora la libertad individual, la propiedad privada y la iniciativa personal. Defienden la economía de mercado y se oponen a la intervención estatal, promoviendo la tradición, la familia y la religión. Para ellos, la derecha simboliza seguridad, orden y respeto a la soberanía nacional. A pesar de su aparente diversidad interna, con facciones que van desde la derecha conservadora hasta la económica, todos comparten una aversión al socialismo y una firme creencia en los derechos individuales.

3. Ciudadanos que no son de Derecha: Aquí se encuentran aquellos que, aunque no se identifican con la derecha, tampoco abrazan plenamente las ideologías de izquierda. Estos ciudadanos se distribuyen en un espectro que abarca desde el centro político, que busca un equilibrio entre libertad e intervención estatal, hasta posiciones como el liberalismo social, el progresismo y el ecologismo. Estos grupos comparten valores como la igualdad, la justicia social y la democracia participativa, y suelen criticar tanto al capitalismo como al neoliberalismo.

4. Los Republicanos: No se identifican con la derecha tradicional y se distinguen por su énfasis en la república y la democracia. Abogan por la división de poderes para evitar abusos de autoridad y defienden la institucionalidad y el Estado de derecho. Su postura es conservadora en temas de seguridad y economía, limitando el intervencionismo estatal. Para los Republicanos, la libertad individual y la responsabilidad personal son fundamentales, y valoran profundamente el orden, la estabilidad social la defensa de la identidad nacional y el respeto a las Fuerzas Armadas y de Orden. 

5. Los Patriotas: Este grupo representa una nueva fuerza emergente, impulsada por el amor y respeto a Chile, su historia y cultura. Valoran la soberanía, la independencia, y defienden los intereses nacionales. A diferencia de los tradicionales partidos de izquierda y derecha, los Patriotas se enfocan en principios como la familia, la educación y la justicia social. No pertenecen a ninguna élite, grupo económico, político, religioso, académico ni tienen redes de contactos con los poderes fácticos. Rechazan los extremos políticos, prefiriendo centrarse en la defensa de los valores que consideran esenciales para el bienestar de la nación. Promueven la democracia protegida, la chilenidad, la renovación de la corrupta clase política actual, unas apolíticas Fuerzas Armadas y de Orden y rechazan enérgicamente toda intervención proselitista en la educación y la cultura.


La Falta de Unidad y las Próximas Elecciones:

La falta de unidad entre los que se identifican como de derecha o que no son de izquierda, incluyendo a los Republicanos, se hace evidente en el contexto de las próximas elecciones regionales y municipales de octubre de 2024, y las presidenciales y parlamentarias de diciembre de 2025. Esta división interna podría dificultar significativamente un triunfo de este sector, revelando que la verdadera intención de muchos actores no es alcanzar el poder político a través de la unidad, sino asegurarse cuotas de poder para satisfacer intereses personales y partidistas.

En este escenario, las divisiones internas no solo debilitan la capacidad de presentar un frente común, sino que también permiten que la llamada "Casta Política" mantenga su influencia. Sin unidad, las probabilidades de éxito electoral disminuyen, y esto perpetúa un sistema donde el poder se reparte en lugar de ganarse por mérito y apoyo ciudadano.

Por su parte, los verdaderos Patriotas, aquellos que no tienen color político y menos aún están inscritos en un partido, concurrirán a las urnas el 16 de diciembre de 2025 para entregar su voto a quien mejor los represente o a quien demuestre estar más lejos de todos aquellos que dicen no ser de derecha y aún más lejos de los Comunistas.


Conclusión:

Sin lugar a dudas, solo un triunfo arrasador de los Republicanos en las elecciones regionales y municipales podría llevar a repensar la necesidad de una verdadera unidad, presentando un solo candidato presidencial, que en este caso sería José Antonio Kast. De no ser así, y si se llevan varios candidatos a una primaria donde Kast no participe, no habrá ninguna posibilidad de triunfo para Chile, sino solo para quienes buscan perpetuar esas cuotas de poder, en beneficio propio.

En definitiva, en Chile, nunca ha gobernado ni la izquierda ni la derecha de manera genuina, sino una histórica y conveniente mezcla de unos y otros, conformando lo que se puede llamar la "Casta Política". Esta casta, conformada por aquellos que se eternizan en el Congreso con sueldos millonarios, teje redes con los poderes del Estado, especialmente con el Poder Judicial. Desde el regreso a la democracia, se han enfocado en desmantelar la Constitución de 1980 sin atender a las verdaderas demandas sociales de trabajo, salud, educación, previsión y seguridad, y sin alcanzar el nivel de desarrollo económico logrado durante el Gobierno Militar.

Esta clase política ha demostrado ser experta en adaptarse a cualquier color político para mantener su posición de poder, asegurando sus privilegios mientras los problemas reales de la sociedad siguen sin resolverse. En su búsqueda insaciable de poder y riqueza, carecen de límites éticos y se muestran indiferentes al sufrimiento de los más marginados. Este comportamiento refleja que su compromiso no es con el Bien Común de los chilenos, sino con sus propios intereses. Ante esta realidad, se hace evidente la necesidad de un cambio profundo en la manera de hacer política en Chile, con movimientos como los Republicanos y los Patriotas que representen un compromiso real con los valores y principios fundamentales de la nación.

Comentarios

  1. Estoyy p0r un Gobierno similar como el que C hile tuvo bajo el.poder de las
    Fuerzas Armadas ,dirigido por General Augusto Pinochet. O sea alguien apolotico.

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