GÉNESIS DE LA INSURRECCIÓN DE OCTUBRE: GRAMSCI.
Esta vez les dejo un interesante artículo enviado por un Patriota: Eduardo Toledo Pinto.
LOS EUFEMISMOS ACTUALES COMO “INTERRUPCIÓN
DEL EMBARAZO” EN LUGAR DE DECIR “ABORTO”, INTENTAN PREFIGURAR UNA VALORACIÓN
POSITIVA EN UN HECHO NEGATIVO. TAMBIÉN IMPONER MORALMENTE LA DEFORMACIÓN DEL
LENGUAJE, COMO CON EL REEMPLAZO DEL GÉNERO DE LAS PALABRAS POR LA SUPUESTA
NEUTRALIDAD DE LA LETRA “E”, QUE BUSCA GENERAR UNA INDIFERENCIACIÓN ENTRE LOS
SEXOS. ASÍ, QUIEN CONTROLA EL MODO DE HABLAR, MOLDEA EL MODO PERCIBIR Y
DAR SENTIDO A LAS COSAS.
Cómo influyó la filosofía Gramsciana
en las bases culturales y académicas de nuestro país.“Instrúyanse, porque tendremos
necesidad de toda nuestra inteligencia. Agítense, porque tendremos necesidad de
todo nuestro entusiasmo. Organícense, porque tendremos necesidad de toda
nuestra fuerza”, Antonio Gramsci.
El filósofo Antonio Gramsci ofrece
una disruptiva reflexión sobre las posibilidades de la doctrina marxista. Así
como Lenin y Mao la adaptaron a la URSS y a la República Popular China
respectivamente, Gramsci, ideó una estrategia que favorece la conquista del
poder en los países latinos.
¿Qué presupone Gramsci?
El materialismo es para Gramsci la
oposición a toda cosmovisión espiritual de la vida, que desalienta la búsqueda
del “paraíso terrenal” proclamado por el marxismo. Desde este enfoque, el
principal enemigo del comunismo es el cristianismo, no por el materialismo en
sí, de hecho, el cristianismo atribuye una gran importancia a la materia, cosa
que otras religiones no. Si no por la trascendencia que subyace a la religión.
Para él, todo lo que es realidad es materia histórica y socialmente organizada
por la producción, lo demás son distracciones, evasiones de la realidad.
Entonces, el inmanentismo absoluto es el eje central de esta filosofía, es la completa
“mundanización”.
Las fuerzas y relaciones de
producción que organizan la materia conforman la estructura. Mientras que las
superestructuras son inventos del hombre, que para Gramsci son la moral, la
familia, la religión, la política, el derecho y la economía. También establece
una distinción entre la sociedad civil y la sociedad política, las dos
pertenecen a la superestructura, y ésta es la interdependencia de ambas
sociedades. La sociedad civil es “el conjunto de organismos
denominados privados que corresponden a la función de hegemonía que el grupo
dominante ejerce sobre toda la sociedad”, es decir, el conjunto de
organismos que poseen la hegemonía doctrinal e intelectual, que crea un modo de
pensar en una comunidad determinada, un “sentido común”. La sociedad política
es el conjunto de organismos que ejercen una función coercitiva sobre la
sociedad. La hegemonía es propia de la sociedad civil, mientras que el dominio,
de la política. Ambas controlan a la sociedad y se complementan para su buen
funcionamiento. Cuando se confrontan surge la crisis.
Antonio Gramsci, filósofo comunista y
fundado de la Escuela de Frankfurt.
¿Cómo logró influir?
Gramsci atribuye la duración y la
efectividad de la revolución a la toma de conciencia de esta situación y a la lucha
en la superestructura. Los revolucionarios deberán entrar al mundo de la
intelectualidad para influir ideológicamente:
“Lo más importante en una batalla
cultural no es necesariamente el control de los dispositivos que difunden
ideas, si no también, y principalmente, el control sobre los dispositivos donde
las ideas se fabrican y se producen, es decir, el control de las
universidades”.
Una ideología es una visión parcial
del mundo que se ve en las artes, en las leyes, en la economía, y hasta en las
costumbres. Esta influencia es ejercida por los medios, la escuela y las
manifestaciones artísticas y religiosas. Para imponer la nueva ideología,
estratégicamente se debe ir alterando el modo de pensar tanto del intelectual
como del “uomo qualunque”. Gramsci define a este sentido como “la filosofía de
los no filósofos”, la concepción del mundo que está por detrás de la
cosmovisión que sostiene el hombre común. Influir en las palabras es el modo de
cambiar el modo de ver las cosas.
LOS EUFEMISMOS
ACTUALES COMO “INTERRUPCIÓN DEL EMBARAZO” EN LUGAR DE DECIR “ABORTO”, INTENTAN
PREFIGURAR UNA VALORACIÓN POSITIVA EN UN HECHO NEGATIVO. TAMBIÉN IMPONER
MORALMENTE LA DEFORMACIÓN DEL LENGUAJE, COMO CON EL REEMPLAZO DEL GÉNERO DE LAS
PALABRAS POR LA SUPUESTA NEUTRALIDAD DE LA LETRA “E”, QUE BUSCA GENERAR UNA
INDIFERENCIACIÓN ENTRE LOS SEXOS. ASÍ, QUIEN CONTROLA EL MODO DE HABLAR,
MOLDEA EL MODO DE PERCIBIR Y DAR SENTIDO A LAS COSAS.
Desde esta
perspectiva, las instituciones y los medios funcionan como fuentes de sentido
común de una sociedad. Como bien señala Alfredo Sáenz, el “hombre común”, quien
es influenciado por ellas, quizás no puede poner en palabras las razones por
las que sostiene determinada “verdad” pero sabe que existen porque las oyó
alguna vez y quedó convencido. No se molesta en indagar sobre el sentido de lo
que hace ni en profundizar ni cuestionarse las razones. El éxito está en unir a
los intelectuales y a los analfabetos en las mismas ideas. Si bien la
profundidad de la reflexión puede variar, la doctrina es la misma. La
estrategia es llegar a las masas, no por el medio de la violencia coercitiva,
sino impregnando su pensamiento paulatinamente.
Para que esto se
logre se necesita de los “intelectuales orgánicos” que muestren a las ideas
como posibles, porque, según Gramsci, las masas son incapaces de levantarse
contra el poder por voluntad propia, porque, como también afirma Ortega y
Gasset, ni siquiera son conscientes de su condición, y porque la innovación no
puede ser pensada por la masa, sino por pensadores dedicados a eso. Además,
porque un levantamiento puede generar consecuencias negativas para los grupos
actuantes.
Es importante
señalar que, para poder manipular a las masas, en primer lugar, deben estar
alfabetizadas. Un claro ejemplo es la “pedagogía del oprimido” freireana, en
donde, a la par que se enseña a leer y a escribir, se imparte un modo de
pensar. Sin denostar en gran trabajo de Paulo Freire en materia de
alfabetización de Brasil, la ideología del autor no deja de ser relevante en su
modo de enseñar. También, el pedagogo brasilero, en “el grito manso”, habla de
la importancia histórica de los sujetos en la lucha. Siguiendo la temática de
la docencia, el intelectual toma las ideas populares para amoldar de forma más
amena las suyas, como el maestro que toma el mundo del estudiante para
traducirlo en estrategias didácticas. Y así el “educador” también aprende del
mundo; necesario para la filosofía de la praxis. Así se amalgaman los
intelectuales y las masas que son informadas por sus ideas.
Destrucción y construcción.
Saenz, en Antonio
Gramsci y La Revolución Cultural, resalta: “Gramsci, no apuntó a los
medios de producción, como Marx, ni a los medios de poder político, como Lenin,
sino a los medios de comunicación y educación, considerándolos como el objetivo
básico para la conquista del poder, la conquista de la hegemonía es más
importante que la toma del poder político. La toma del poder político será como
recoger una fruta madura”. También afirma que dicha estrategia es
atemporal y las alianzas pueden variar, pero el fin siempre es el mismo:
modificar los valores de la sociedad.
La infiltración en
las instituciones debe ser progresiva, para poder influir en sus mecanismos y
modos de pensar. Hay que ser lo suficientemente sigilosos como para no provocar
una defensa. Como dice muy claramente Mao, solo se destruye lo que se suplanta.
Este proceso tiene dos pasos. La destrucción y la construcción. En el momento
de destrucción se buscará atacar a la hegemonía para que, poco a poco, lo único
que le quede a la clase dominante sean los medios coercitivos. El modo de
influir es desmoralizando y ridiculizando mediáticamente a la religión, esto
será fácil una vez tomados los medios de comunicación y llevará a la exclusión
moral a quienes se opongan. Atendamos a la censura y autocensura de ciertas
ideas, políticamente incorrectas.
Pero también
mostrarán que las ideas comunistas son compatibles con una cosmovisión
trascendental. Las primeras estrategias fueron la infiltración en la iglesia y
mostrar a políticos "católicos" en el partido. Unos ejemplos: en el
Partido Comunista Español, un sacerdote (posteriormente secularizado) formó
parte del Comité Central; el Partido Italiano en 1975 presentó listas con
candidatos que se presentaban como católicos, antes que como comunistas, y se
asociaron, con el llamado "compromesso storico" a la Democracia
Cristiana para demostrar una mutua simpatía. Estas estrategias también fueron
utilizadas por el comunismo latinoamericano, en el caso chileno en las
distintas organizaciones católicas promotoras del activismo político de
izquierda.
Actualmente la
organización abortista católicas por el Derecho a Decidir financiada por la
Federación Internacional de Planificación Familiar (en inglés International Planned Parenthood
Federation, IPPF) busca generar la
idea de que el aborto es aceptable para los católicos.
También los
comunistas, dice Gramsci, deberán mostrarse como defensores de la democracia
para atacar a los valores dados, aunque el fin es la implantación de un
pensamiento único. Paulatinamente surgirán traidores que, si bien, seguramente
no se autodenominarán como marxistas, al dudar de sus valores ya no serán
enemigos del comunismo. Luego, el momento constructivo, será repetir
constantemente la misma doctrina, sin modificarla y a todas las clases por
igual, y después, con el tiempo, se formará un grupo de intelectuales que pueda
seguir transmitiendo las ideas.
Conclusión.
El Partido Comunista es un sujeto histórico lo suficientemente flexible
y astuto como para adaptarse a cualquier momento y a cualquier sociedad, pero
su fin siempre es el mismo: luchar contra la cosmovisión trascendente, con el
fin de imponer necesidades exclusivamente terrenales que favorezcan la lucha de
clases. Por eso hoy, los movimientos izquierdistas hegemónicos niegan la
dignidad superior del humano, igualándolo al resto de los seres. También niegan
lo objetivo, ocultando la fuente de una verdad absoluta. Atacan la naturaleza
biológica de la persona, ignorando un origen externo que se le haya concedido.
Sin reconocer lo dado, no hay valor que pueda
sostenerse, todo entra en la duda. Mientras esta mirada trascendente de la
existencia siga influyendo en el sentido común, el marxismo no podrá dominar
completamente. Es importante estar atentos (no perseguidos) a los intelectuales
que hablan desde la inmanencia y la modernidad con un “mensaje renovado”. Es
momento de retrucar esta toma de la sociedad civil y política. La lucha contra
la trascendencia es la lucha contra la humanidad.
Eduardo Toledo Pinto.
Patriotas por Chile.
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