EL LEGADO DE ALLENDE.
Resulta inexplicable cómo la justicia hoy, después de 50 años, sigue encontrando a octogenerios exuniformados, culpables de violaciones a los Derechos Humanos, con pruebas y testigos que, según los jueces, no merecen ninguna duda.
Más increíble es esta situación cuando en hechos de sangre y terrorismo de resiente data en la Macro Zona Sur y otros lugares del territorio nacional, no aparecen los culpables y si los hay, en su gran medida, son sancionados con condenas cautelares o arrestos domiciliarios. Lo que más abunda, eso sí, son la libertad por falta de pruebas. Lo más extraño es la cantidad de pruebas que circulan -incluso- por las Redes Sociales, pero, en estos casos, ni la Ley Anti Terrorismo, ni la Constitución, ni la ficción jurídica, ni los testigos encubiertos, ni los reportajes de televisión a sus dirigentes, ni su pública declaración de auto reconocimiento como grupo armado, ni sus amenazas, ni sus viajes al extranjero, ni sus relaciones con terroristas, ni la venta de drogas y madera, ni la quema de casas, escuelas, iglesias, postas, cosechas, ni tampoco las tomas ilegales de predios y menos los crímenes, asesinatos y lesiones a tetceros, han permitido que nuestros brillantes jueces logren perseguir, detener y condenar a los responsables de actos que viene ocurriendo en forma resiente y no hace 50 años.
Sobre esto último, lo de lo 50 años, existe una foto del expresidente Salvador Allende, donde lo vemos empuñando un fusil automático. Una imagen, no me cabe la menor duda, que debe constituir -para algunos- un buen ejemplo a seguir, tal como lo hacen hoy quienes empuñan armas de guerra prohibidas y las emplean para intimidar, violentar, herir y asesinar a quienes se opongan a sus revolucionarios requerimientos, para otros la necesaria violencia revolucionaria para lograr -por las armas- lo que no lograrán con la democracia. Armas similares a la de Salvador Allende, de las cuales se desconoce su forma de adquisición, su forma de ingreso al país, no cuentan con un registro y certificación de la autoridad competente, no están inscritas y menos, cuentan con un permiso legal para su transporte y uso.
Poderosa fotografía de una ex máxima autoridad de la República sólo réplicable a Fidel Castro y Hugo Chávez. Me puedo imaginar a cuantos exaltados habrá inspirado y sigue inspirando, sobre todo si a esa imagen le agregamos sus encendidos discurso llamando al uso de la violencia revolucionaria.
Así como en su momento, el poder judicial denunció los intentos de Allende para quebrar el Poder Judicial, sería interesante hoy, con esos brillantes jueces y fiscales, que todo lo descubren después de 50 años, abrieran una investigación para saber cuanta responsabilidad tuvo Salvador Allende en la violencia, terrorismo y caos que nos llevaron al 11 de septiembre de 1973 y cuánta responsabilidad tiene aún, al dejarnos un legado de odio, división y lucha de clases, que un joven nuevo Presidente de Chile quiere desenterrar.
Los que vivimos la desastrosa Unidad Popular, lo tenemos claro. Pero quien le pone el cascabel al poder judicial prevaricador. Falta alguien con pantalones, sino no hay solución.
ResponderBorrarImpotencia!! mi coronel.
ResponderBorrar