PODER POLÍTICO Y MILITAR.

LAS DIFERENCIAS ENTRE EL PODER POLÍTICO Y MILITAR:

El poder militar se evalúa en función de sus capacidades objetivas, independientemente de si se trata de fuerzas terrestres, aéreas o navales. Además, es común que el poder militar se utilice como una herramienta del poder político para alcanzar objetivos que beneficien al estado en cuestión. En democracia, los militares están subordinados al poder político que los controla, lo que significa que deben actuar de acuerdo con las directrices y políticas establecidas por las autoridades civiles. Esta relación entre el poder militar y el poder político es fundamental en la estructura y el funcionamiento de un estado. Los estándares éticos tanto para el poder militar como para el político pueden variar según la cultura, las leyes y las normas de cada país. Sin embargo, algunos principios éticos comunes incluyen la honestidad, la integridad, el respeto por los derechos humanos, la responsabilidad y el servicio al bien común. En términos generales, se espera que los militares sigan un código de conducta estricto que incluye la obediencia al mando, la protección de los civiles, la no participación en actividades ilegales o inmorales, y el respeto por las leyes internacionales y los derechos humanos. Por otro lado, en teoría más que en la práctica, para los políticos se espera que actúen con transparencia, sean responsables ante sus electores, tomen decisiones basadas en el interés público en lugar de intereses personales o partidistas, y se comprometan con la justicia social y la igualdad. En cuanto a cuáles son más exigentes, depende del contexto y las circunstancias específicas. En algunos casos, como en Chile, las responsabilidades y el alcance del poder político pueden requerir un nivel más alto de rendición de cuentas y transparencia, mientras que en otros casos, las misiones críticas y a menudo peligrosas del poder militar pueden requerir estándares éticos particularmente rigurosos. En última instancia, ambos deben aspirar a los más altos estándares éticos para garantizar la integridad y la estabilidad de una sociedad. Particularmente en Chile, diferentes encuestas indican que los políticos (entre otras instituciones civiles) se encuentran en el último lugar con tan solo un 13% de aprobación ciudadana, según la encuesta CADEM del 28 de abril de 2024, mientras que las Fuerzas Armadas, Carabineros de Chile y la PDI tienen entre el 77% y el 85% de aprobación ciudadana. 

Sugiero, para poder comprender lo anterior, conocer y saber quién es quién y así no dejarse llevar por el título de algunos medios de comunicación, de esos que además de faltar a la verdad a través de periodistas y editores con claras intenciones políticas, no escatiman esfuerzos ni oportunidad para desprestigiar a las Fuerzas Armadas y de Orden. Algo que además, beneficia la estabilidad y el sueldo de su cargo o puesto, porque al final del día todo se trata de dinero y de vender una noticia a través del título más sensacionalista y poco ético que sea posible, ya que en estos tiempos, la seriedad no vende, la farándula sí.

Siguiendo con la idea de quién es quién, sin dar nombres e intentando (algo muy difícil en los actuales tiempos) que cada uno investigue o lea un poco más allá de un título o una frase grandilocuente, les planteo los siguientes comentarios. La responsabilidad de verificarlos, es de ustedes:

Una de las cuatro autoridades del país, (de la gráfica al inicio de este comentario) no es político, lo que inmediatamente, según las encuestas,  lo hace -notablemente- más confiable que los otros tres. Uno de ellos, por ser actualmente autoridad, no ha optado por teñirse el pelo, ni se hace peinados diferentes, siempre ha usado un corte de pelo similar. Uno de ellos, siempre se ha vestido igual, no tiene asesor (a) de imagen ni cambió el lugar donde compra su ropa de vestir. Uno de ellos, no ha cambiado su estilo, ni tampoco le ha dado por abrazarse ni bailar con el público que lo aplaude. Uno de ellos, llegó a su actual cargo, no para chacotear con los que lo rodean, sino para hacer lo que es mejor para la institución a la cual pertenece, no lo que es mejor para sus amigos o familia. Uno de ellos, nunca ha pertenecido a un Partido Político, y por lo mismo, nunca ha optado por un travestismo político (political cross-dressing), transitando desde la extrema izquierda a la centro izquierda o al revés. Uno de ellos nunca ha pertenecido a un movimiento de vanguardia popular marxista leninista. Uno de ellos, juró dar la vida por su Patria. Uno de ellos, nunca se ha dedicado a la política y su sueldo ha ido en aumento conforme a las mayores responsabilidades que ha asumido. Uno de ellos, nunca ha tenido el respaldo de un Partido Político para defenderlo de los viles ataques adversarios. Uno de ellos, por un trágico accidente, actualmente es cuestionado, solo por ser el "manda más" de la institución más antigua de la República de Chile. Uno de ellos no se ríe con cualquiera, los otros, se ríen con todos y de todos los chilenos, pese a perderse millones de pesos en manos de Fundaciones brujas, a existir una crisis de falta de viviendas, quiebre de constructoras e inmobiliarias, bancos "coñetes", pese ha haber muerto el año 2023, más de 32.000 chilenos en lista de espera, pese a eliminarse, este año 2024, del sistena de salud, 300.000 chilenos en lista de espera (y siguen sumando y coincidiendo los mismos responsables),  y pese al asesinato de carabineros y haber aumentado el índice de  violencia, secuestro y narcoterrorismo. 

Uno de ellos tiene una intachable hoja de vida, no solamente de ahora, sino que de siempre, desde que era menor de edad. Uno ha asumido, decenas de veces, diferentes responsabilidades de servicio a la Patria, que le podrían haber costado la vida o su puesto, y todo, por el mismo sueldo. A uno de ellos, un grupo de congresistas, aparecidos de la nada y con un historial de vida desconocido, lo quieren hacer culpable -mientras estaba fuera de Chile y a miles de kilómetros de distancia- por la tragedia que afectó a un soldado, pero esos mismos congresistas no son capaces de hacer culpables ni siquiera criticar, a los otros tres que, bajo sus propias narices, roban, estafan, secuestran y asesinan, mientras otros miles de chilenos mueren sin ser atendidos en los servicios de salud o a la intemperie por no tener un techo donde cobijarse.

Uno de ellos, ama al Ejército de Chile, ese que construyó y sigue construyendo la Carretera Austral; la que sacó del aislamiento geográfico a la región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo y la incorporó completamente al territorio nacional. A otra de estas cuatro autoridades, al parecer, le causa urticaria tan solo el nombre de la Región y los lugares históricos que la rodean como la Laguna del Desierto, donde murió el Teniente Merino, las provincias Capitán Prat y General Carrera y sus comunas como O'Higgins y Cochrane. Ciudades, comunas y pueblos, con nombres de ex militares y marinos, unidos por la Carretera Austral del General Augusto Pinochet Ugarte, un nombre que algunos quieren eliminar. Tanto escozor le produce esta Región que no pudo evitar su desubicada expresión: "la Región no es muy bonita". Seguramente, cuando le cambien los nombres al gusto de ella, comenzará a ser más atractiva para sus ojos.

Ni hablar de lo que ocurre en el Ministerio de Relaciones Exteriores donde, para la designacion de cargos, el compadreo, amiguismo y pago de favores políticos, ha primado por sobre cualquier otra consideración y menos hablemos de la Educación municipal que ha sido destruida completamente y hoy tiene a miles de jóvenes sin recibir educación.

Así y todo, algunos chilenos afectados por una débil, errática y contagiosa  actitud "whimsical" e hipnotizados por la mediática y conveniente sabiduría de payasos y charlatanes que abundan en las Redes Sociales, en un travestismo civil y político, se suman a los ataques a las Fuerzas Armadas y de Orden, apoyando su destrucción y descalificando, con total desconocimiento de los detalles y de la verdad, que hoy no está en manos de jueces imparciales. 

Desde esa peligrosa ignorancia, cooperan al objetivo principal del Comunismo, hoy disfrazados de Frente Amplistas: destruir las Fuerzas Armadas y de Orden y convertirlas en el Ejército Revolucionario del Pueblo, para uso, abuso y privilegio de las reducidas cúpulas del poder totalitario y sus millonarios placeres.