BERLÍN SABE DE COMUNISMO.
Roberto Ampuero es un autor y diplomático chileno conocido por sus novelas, especialmente la serie de detectives "Cayetano Brulé". Ha ocupado el cargo de Ministro de Cultura y Ministro de Relaciones Exteriores. También ha trabajado como diplomático en varios países. Sus obras suelen explorar temas de identidad, política e historia.
Ampuero es conocido por haber tenido una transformación ideológica después de vivir en la República Democrática Alemana (RDA) y en Cuba. Aunque comenzó su carrera política con tendencias de izquierda, su experiencia en estos países socialistas lo llevó a reevaluar sus creencias y adoptó una postura crítica hacia el comunismo. Esta experiencia influyó en su trabajo literario y en su perspectiva política posterior.
Recordemos, que en la actualidad, no hay regímenes comunistas en Europa. Después del colapso de la Unión Soviética en 1991, los países europeos que anteriormente estaban bajo regímenes comunistas han adoptado sistemas políticos y económicos diversos, principalmente democracias parlamentarias y economías de mercado.
En Europa, algunos partidos políticos pueden identificarse como comunistas o de izquierda radical, pero no gobiernan en forma de regímenes comunistas. Estos partidos pueden tener representación en los parlamentos y participar en la política democrática, pero no tienen el poder absoluto que caracteriza a los regímenes comunistas históricos.
En países que anteriormente estuvieron bajo regímenes comunistas, como en Europa del Este, existen leyes que prohíben la promoción o la simbología de regímenes comunistas debido a las experiencias traumáticas asociadas con esos regímenes.
En países como Polonia, Hungría, República Checa, Eslovaquia y los Estados bálticos (Estonia, Letonia y Lituania), el comunismo suele ser visto de manera crítica debido a los abusos de derechos humanos, la represión política y el control estatal que caracterizaban a los regímenes comunistas.
En varios países de Europa del Este que anteriormente estuvieron bajo regímenes comunistas, se han destruido estatuas y monumentos que conmemoraban a líderes comunistas como resultado de los cambios políticos y sociales posteriores a la caída del comunismo en la región. Por ejemplo:En Polonia, después de la caída del comunismo, se retiraron muchas estatuas y monumentos que homenajeaban a líderes comunistas, como estatuas de Lenin y otros líderes soviéticos.
En Hungría, durante la Revolución húngara de 1956 y posteriormente después de la caída del comunismo en 1989, se destruyeron y retiraron numerosas estatuas y monumentos que representaban a líderes comunistas, incluidas las de Lenin y Stalin. En la República Checa y Eslovaquia, tras la Revolución de Terciopelo de 1989, se retiraron y desmantelaron muchas estatuas y monumentos que conmemoraban a líderes comunistas, incluidas las de Lenin y otros líderes soviéticos.
En Croacia, tras la disolución de Yugoslavia en la década de 1990 y la Guerra de Independencia croata, se realizaron cambios políticos y sociales significativos. Esto incluyó la eliminación de símbolos y monumentos asociados con el régimen comunista yugoslavo.
En Ucrania, tras la independencia de la Unión Soviética en 1991, se han tomado medidas para eliminar símbolos y monumentos que conmemoraban al régimen comunista soviético, incluidas estatuas y monumentos de líderes comunistas como Lenin y Stalin. Esto se ha intensificado en años más recientes debido a tensiones políticas y la búsqueda de una identidad nacional independiente de la influencia soviética.
En Alemania, tras la reunificación en 1990, se llevaron a cabo diversas acciones para eliminar símbolos y monumentos relacionados con el régimen comunista de la República Democrática Alemana (RDA), que existió en la parte oriental del país durante la Guerra Fría. Esto incluyó la eliminación de estatuas y monumentos de líderes comunistas como Lenin y Marx, así como la reubicación o destrucción de otros símbolos de la era comunista.
En algunas ciudades, como Berlín, aún se pueden encontrar restos de la era comunista, como fragmentos del Muro de Berlín, pero en general, se han realizado esfuerzos para eliminar la iconografía comunista en Alemania como parte de la reunificación y la reconciliación nacional.
Hay otros países europeos donde también se han eliminado o destruido símbolos y estatuas relacionados con el comunismo, aunque la magnitud y la prominencia de estas acciones pueden variar. Algunos ejemplos adicionales:
Bulgaria: Tras la caída del comunismo, se retiraron estatuas y monumentos de líderes comunistas, incluido el líder comunista Todor Zhivkov.
Letonia, Lituania y Estonia: Tras la independencia de la Unión Soviética, se llevaron a cabo esfuerzos para eliminar símbolos y monumentos relacionados con el régimen comunista soviético.
Rumania: Después de la Revolución rumana de 1989, se retiraron estatuas y monumentos que conmemoraban al régimen comunista liderado por Nicolae Ceaușescu.
Importante recordar es el número de muertes atribuidas al comunismo. Algunos estudios sugieren cifras significativas, mientras que otros pueden ser más conservadores. Por ejemplo, el Libro Negro del Comunismo, publicado en 1997, estima que las muertes atribuidas al comunismo oscilan entre 85 y 100 millones en todo el mundo.
Estas cifras incluyen no solo muertes directamente causadas por políticas comunistas, como represión política y hambrunas inducidas por el estado, sino también muertes relacionadas con conflictos, guerras civiles y otras circunstancias históricas.
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