LOS BORREGOS QUE ACEPTAN LA MUERTE DE LOS QUE SOBRAN.
El filósofo Alemán Günther Anders (1902/1992), es reconocido por sus reflexiones sobre la tecnología, la guerra y la sociedad contemporánea. Una de sus obras más importantes "La obsolescencia del hombre" (1956), explora el impacto de la tecnología en la condición humana.
Tuvo especial preocupación con la forma en que la educación podría ser utilizada para promover la conformidad y la manipulación en lugar de fomentar el pensamiento independiente y la autonomía moral. Creía que el sistema educativo podía ser utilizado como una herramienta de control social por parte de los poderes establecidos, limitando así la capacidad de las personas para cuestionar el statu quo y buscar un cambio significativo en la sociedad.
Gunther Anders critica la manipulación en la educación, donde las instituciones pueden estar más preocupadas por mantener ciertas estadísticas de aprobación que por garantizar una educación de calidad. Esta manipulación puede incluir prácticas como la inflación de calificaciones, la promoción automática o la reducción de estándares académicos para que más estudiantes pasen de curso, todo ello a expensas de la integridad académica y la calidad de la educación impartida.
Las personas que son críticas, reflexivas y tienen ambiciones éticas pueden ser más difíciles de controlar ya que cuestionan las narrativas establecidas y están motivadas por valores que van más allá de lo que otros hoy -por estar en la Redes Sociales o aseverarlo un Presidente en su Cuenta Pública- lo asumen -ignorantemente- como la "gran verdad". Son aquellos que cada día abundan más en nuestra Patria y que se caracterizan por carecen de curiosidad y capacidad intelectual y que, como borregos, están dispuestos a aceptar la información sin cuestionarla haciéndose totalmente susceptibles a la manipulación y el control de quienes sí tienen un plan, que funciona y se llama: Revolución Cultural.
Una revolución que promueve que todos sean más pobres, más ignorantes, pero iguales para que solo unos pocos puedan gozar del beneficio de la educación, el lujo y las riquezas obtenidas a través de la devastación de instituciones, culturas, pueblos, ciudades y países.
Una revolución totalitaria que pretende eliminar a los más débiles y controlar la natalidad y la vejez, exterminando a los que -según ellos- no son bienvenidos y facilitando la muerte de los que sobran.
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