"AGENTES DEL ESTADO", VISITAN A LA VÍCTIMA.
En un principio, la ministra del Interior señaló que no había hablado con el ex subsecretario hasta el jueves, día en que éste presentó su renuncia. No obstante, los nuevos antecedentes muestran una clara contradicción.
Esta noche se llevó a cabo una sesión especial en la Cámara de Diputados para interrogar al Gobierno sobre el caso Monsalve y los cuestionamientos que han surgido en relación con el manejo de la crisis.
EL LOBO DE LA MONEDA: Entre la oorrupción y el sentido común.
En los últimos años, hemos sido testigos de cómo nuestra sociedad, antaño orgullosa de su institucionalidad y paz social, ha caído en un estado de desorden y corrupción que parece no tener fin. A cada día, la prensa nos regala un nuevo escándalo, y pareciera que en Chile, los lobos ya no se ocultan en las sombras, sino que habitan descaradamente en el corazón del poder: La Moneda.
Si Thomas Hobbes viviera en nuestro país, seguramente se sentiría vindicado. En su obra Leviatán, Hobbes describía al hombre como un lobo para el hombre, una bestia egoísta, violenta y depredadora, que solo busca satisfacer sus propios intereses a expensas de los demás. Irónicamente, el "lobo" que hace estragos en nuestro país no está en las calles —o al menos no solo en las calles— sino que está sentado en los despachos de aquellos que alguna vez prometieron ser los guardianes de la justicia y la equidad. ¿Y cómo no? Con cada día que pasa, vemos cómo el Gobierno de Gabriel Boric se hunde más y más en su propio pantano de amiguismo, favores políticos, financiamiento ilegal, contrataciones de familiares y encubrimientos de corrupción.
Recientemente, el caso del ex subsecretario Manuel Monsalve, acusado de violación sexual, ha mostrado una de las caras más oscuras del poder en Chile. Monsalve fue denunciado por una joven que trabajaba con él, acusándolo de abuso y violación. Su madre, devastada por el dolor, fue entrevistada recientemente y, entre lágrimas, declaró que la vida de su hija y de su familia ha sido destruida por esta autoridad de gobierno. Este caso expone no solo el abuso de poder de Monsalve, sino también el impacto profundo que tienen las acciones de los gobernantes en la vida de personas inocentes. Es trágico que quienes deberían ser ejemplos de integridad usen su posición para cometer atrocidades que desmoronan familias enteras.
La situación de Monsalve también desató una crisis dentro de su propio sector político. Incluso aliados de su coalición, como el diputado Gonzalo Winter, lo tildaron de "traidor" y lo acusaron de utilizar su cargo como subsecretario "para obtener beneficios personales de manera abusiva". Las consecuencias de sus acciones resonaron en toda la Subsecretaría del Interior, donde se perdieron las confianzas, se pusieron en duda las lealtades y se desarmaron equipos de trabajo. Hasta ahora, más de media docena de funcionarios han renunciado o huido. Por si fuera poco, Monsalve ha mostrado un estilo de vida poco claro: mientras su familia vivía en la Región del Bío Bío, él trabajaba en Santiago, vivía en un hotel, tenía o tiene un departamento en Viña del Mar y una causa por bigamia en Lebu. Recientemente entregó voluntariamente su celular a la PDI, pero luego nos enteramos de que tenía ¡tres más! Esta es la persona que estaba a cargo de la seguridad de los chilenos y que debía combatir el crimen.
Parece que este "lobo" de La Moneda no es muy diferente al lobo de Wall Street, ese personaje impulsado por la codicia y la impunidad que Scorsese retrató tan bien. Al igual que Jordan Belfort, las autoridades que nos gobiernan hoy parecen vivir en un mundo donde la ética y la moral son solo obstáculos menores en su búsqueda de poder y riqueza. Las fundaciones truchas, los pagos millonarios a activistas del estallido social, las pensiones a delincuentes que destruyeron la paz de nuestro país en 2019, y los cada vez más escandalosos casos de nepotismo no son más que ejemplos de cómo el lobo de La Moneda no se sacia fácilmente.
Y mientras tanto, la seguridad pública sigue desmoronándose. De las autoridades que debían combatir el crimen organizado en marzo, apenas queda una en pie. El ex General Director de Carabineros está procesado por la justicia. El ex Director de la PDI está preso. El ex subsecretario del Interior ha sido denunciado, y el ministro de Justicia ha sido "degradado" a subsecretario del Interior. Pero eso no es todo, el recién nombrado Ministro de Justicia, debio suspender una reunion "pro seguridad" y por problemas de salud fue trasladado a un centro asistencial.
Aquí en este punto, me detengo y regreso a Luis Cordero, el actual subsecretario del Interior. Este mismo personaje, quien hasta hace poco era ministro de Justicia, tiene un historial preocupante. En 2016, fue denunciado por plagio por profesores del Departamento de Derecho Público de la Universidad de Chile, acusándolo de copiar pasajes y páginas completas de otros autores en sus libros sobre "La responsabilidad de la Administración del Estado y Lecciones de Derecho Administrativo". El sumario concluyó que Cordero había cometido "una de las faltas más graves que pueden darse en una comunidad académica", y fue sancionado con una suspensión de dos meses, recibiendo solo el 50% de su salario durante ese tiempo.
No es todo. Cordero está casado con Magdalena Atria Barros, actual embajadora de Chile en Alemania y exsocia de Ana Lya Uriarte, quien renunció al Ministerio del Interior justo cuando Cordero asumió la subsecretaría. Las conexiones y las "casualidades o coincidencias" en torno a este personaje solo generan más preguntas. ¿Cómo puede alguien con este historial ser el encargado de la seguridad y de combatir el crimen en Chile?
Incluso la ministra de Interior, Carolina Toha, con sus contradictorias declaraciones sobre lo que sabía ono sabía del caso Monsalve, parece haber perdido toda credibilidad, no solo para la oposiciónsino también al interior de La Moneda. ¿Es esta la realidad que imaginamos cuando se hablaba de reformas profundas? ¿Es este el gobierno que iba a "poner fin a los abusos"?
Hoy, la sociedad chilena enfrenta una situación crítica, una crisis de inseguridad tan grave que parece que las instituciones tradicionales han sido completamente desbordadas. Los crímenes, el narcotráfico y el descontrol se han vuelto el pan de cada día. Pareciera que la única opción viable es la de recurrir a un nuevo "Leviatán", como bien lo predijo Hobbes. Un líder fuerte, alguien capaz de restaurar el orden y la seguridad en nuestras calles. Un líder que esté dispuesto a hacer lo que este gobierno ha demostrado ser incapaz de hacer: poner fin a la corrupción y garantizar que los delincuentes paguen por sus crímenes.
No es casualidad que, en el panorama electoral que enfrentamos, cada vez más personas estén buscando una alternativa que encarne ese Leviatán. En las elecciones de este mes de octubre, y seguramente en las de diciembre de 2025, veremos cómo el hartazgo de los ciudadanos se traduce en la búsqueda de un nuevo liderazgo. Alguien que, lejos de ser otro "lobo", sea capaz de devolver la seguridad y la confianza que hemos perdido. Tal vez ese líder sea José Antonio Kast, quien desde hace tiempo ha advertido sobre el desastre que estamos viendo ahora. Tal vez sea otro. Pero lo que es claro es que este gobierno no está a la altura de la tarea.
Aquí es donde cabe hacer una aclaración: no todos los lobos son malos. En Patriotas por Chile, hemos adoptado la figura del lobo no como símbolo de depredación, sino como emblema de aquellos que no se doblegan ante el sistema, de quienes trabajan unidos por principios firmes, sin someterse a las artimañas del circo político que hoy nos rodea. Somos lobos porque somos libres, porque defendemos nuestros principios con valor y determinación. Lobos que protegen, que cuidan de su territorio, de su familia y de su patria.
Y, para mayor ironía, el gobierno actual no es tan diferente al lobo de Caperucita Roja. Disfrazado de defensor del pueblo, pretende cuidar de la ciudadanía, pero en realidad, devora los principios y destruye la seguridad de las familias chilenas. Así como el lobo de Caperucita "roja" usurpaba el lugar de la abuela para engañar, este gobierno se disfraza de protector de la justicia mientras se alimenta de la corrupción y el desamparo de sus ciudadanos. Al respecto, me quedan serias dudas si la ministra Tohá está realmente de parte de la ciudadanía, o es un lobo más, disfrazada de caperucita roja.
Así como hay lobos que devoran el tejido social desde el poder, también hay lobos que luchan por defenderlo. Los Patriotas por Chile estamos preparados para apoyar a una figura que represente los valores de nación, patria, república, soberanía, seguridad, desarrollo y progreso. Una figura como José Antonio Kast, o quien sea capaz de encarnar estos principios que defendemos con orgullo. Sabemos que el cambio no viene solo de la mano de un líder, sino del compromiso de todos los que, como nosotros, están dispuestos a trabajar en unidad por el Chile que merecemos, sin tener color político, pero con convicción patriótica.
Recordemos que Chile no siempre estuvo sumido en este caos. Hubo un tiempo en que fuimos el faro de Sudamérica, una nación que lideraba la región en seguridad, estabilidad y progreso. Durante ese tiempo, nuestras instituciones funcionaban, nuestros líderes eran respetados y la ciudadanía confiaba en un futuro mejor. Sin embargo, en los últimos años, hemos visto cómo esta imagen se ha deteriorado hasta convertirse en una sombra de lo que fue.
Es momento de recordar esa gloria y contrastarla con la situación actual. De entender que, si una vez fuimos capaces de construir un país fuerte y estable, podemos hacerlo de nuevo. Pero para ello necesitamos un liderazgo comprometido, un liderazgo que esté dispuesto a enfrentar la corrupción, el crimen y la incompetencia que hoy nos devoran.
Es en este punto que surge una reflexión inevitable: ¡Qué suerte la de algunos pocos chilenos que aún pueden elegir y renunciar para buscar otros rumbos! Frente a otros millones de chilenos que tienen que aferrarse a lo que tienen, les guste o no, para poder llevar el sustento a sus hogares. Qué trágico resulta, en lo político, tener que seguir soportando autoridades que, día tras día, por su ineptitud y corrupción, son protagonistas de las portadas de los diarios, los noticieros, e incluso los programas de farándula. Mientras tanto, Chile cada día se hunde más y más...
Es hora de que los Patriotas, los ciudadanos de bien, se levanten. No se trata solo de votar, se trata de recuperar nuestra nación. Chile puede volver a ser grande, pero solo si cada uno de nosotros asume su papel en este cambio. El futuro está en nuestras manos, y el 2025 será la oportunidad perfecta para corregir el rumbo.
Ya veremos en diciembre de 2025 si los chilenos eligen bien. Desde nuestras filas, estaremos listos para apoyar y trabajar por el líder que nos lleve de vuelta al camino del progreso, la seguridad y el verdadero sentido común.
Chile no es una nación de lobos, sino de patriotas. Es hora de elegir bien. El futuro está en nuestras manos.
Atentamente,
Un ciudadano y patriota que todavía cree en un Chile mejor, cansado de los lobos que depredan y dispuesto a seguir al lobo que lidera para proteger.
No hay duda, que desgraciadamente, nuestro querido Chile, se encuentra viviendo un profundo y grave problema de descomposición, nunca antes visto, que afecta al bien común de sus ciudadanos. El gobierno no ha sido capaz, a través de su conducción, de lograr los niveles de seguridad y bienestar, mínimos necesarios.
ResponderBorrarComo lo señala el autor del artículo, es fundamental un cambio político profundo, sustentado en una óptima generación de nuevas y mejores autoridades, durante el proceso de elecciones que en días más, se iniciará. Tarea de todos.ESE.
Amigo y camarada, muy acertado y de hechos verdaderos su comentarios, es tan bueno que le sugiero lo haga público en los diarios nacionales.
ResponderBorrarFelicitación de mi parte.
Muy buen , veraz y entretenido artículo
ResponderBorrarAproveche de arreglar las fechas del caso monsalve
ResponderBorrarBuehhhno el erotizante pisco sour "cargadito con burundanga" hizo su trabajo. Qué espanto este gobierno de C@C@ ha manejado este delito con insolencia, con cinismo, uuuuhhh los odio
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