LA ENVIDIA IGUALITARIA.
La Envidia Igualitaria: Un Cáncer en Chile y en la Sociedad Hispana.
La envidia igualitaria no es solo un concepto teórico; es un cáncer real que corroe las bases de las sociedades hispanas, y en Chile, su presencia es más evidente que nunca. Inspirándonos en las ideas de Gonzalo Fernández de la Mora, podemos identificar cómo este sentimiento, lejos de ser una simple emoción, se ha convertido en un motor de políticas y discursos destructivos que frenan el progreso colectivo y empujan a nuestra nación hacia la mediocridad.
La envidia como vicio nacional;
Fernández de la Mora describió a la envidia como la “lepra nacional” de los hispanos, y no exageraba. En Chile, este vicio no solo se refleja en las actitudes individuales, sino que ha sido institucionalizado por nuestras propias autoridades. El gobierno de turno parece no estar interesado en fomentar la excelencia, sino en nivelar hacia abajo, deslegitimando el mérito, castigando el esfuerzo y despreciando lo establecido.
Ejemplos contundentes en Chile.
1. El ataque al mérito y la excelencia educativa:
La eliminación de los liceos Bicentenario es un claro ejemplo de nivelación destructiva. En lugar de extender el modelo de éxito y mérito a más establecimientos, el gobierno opta por eliminarlos, castigando a quienes se esforzaban por destacarse. Es una señal clara de que en Chile no se premia el esfuerzo, sino que se busca hundir a quienes sobresalen.
2. El discurso de “quitar los patines”:
Hace un tiempo, el entonces ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, prometió “bajar de los patines” a los alumnos de la educación particular, como una forma de "emparejar la cancha" y fortalecer los establecimientos públicos. ¿El resultado? En lugar de elevar el estándar de la educación pública, se buscó rebajar el nivel de aquellos que ya habían avanzado. Este es un ejemplo perfecto de cómo la envidia igualitaria se disfraza de justicia social para justificar la mediocridad.
3. El robo de los ahorros previsionales:
Las propuestas para apropiarse de los fondos de las AFP y convertirlos en “fondos colectivos” no son más que una versión moderna de Robin Hood, pero sin el romanticismo. Aquí no se busca ayudar al necesitado, sino castigar al ahorrador. El mensaje es claro: no importa cuánto te hayas esforzado por construir un futuro mejor, el Estado tiene derecho a arrebatártelo para nivelar hacia abajo.
4. Contribuciones. El asalto perpetuo del Estado:
¿Por qué seguimos pagando contribuciones sobre propiedades que ya hemos comprado y por las cuales ya hemos pagado impuestos? Porque el Estado ve a los ciudadanos exitosos como una fuente inagotable de recursos. Si tienes más de una propiedad, eres castigado aún más, no por tus logros, sino por el simple hecho de haber construido un patrimonio.
5. El desprecio a la tradición y los valores:
Las autoridades actuales han mostrado un desprecio absoluto hacia las tradiciones chilenas. Desde asistir a ceremonias cívico-militares vestidos de manera inapropiada, hasta atacar instituciones que representan valores y disciplina como las Fuerzas Armadas y la Iglesia Católica, el mensaje es claro: todo lo que simbolice estabilidad, mérito o excelencia debe ser ridiculizado y destruido.
6. Confusión entre igualdad y equidad:
Este gobierno ha promovido políticas en nombre de la "igualdad" que, lejos de buscar equidad, solo generan injusticia. La equidad implica reconocer las diferencias y ayudar a quienes más lo necesitan sin castigar a quienes se han esforzado por alcanzar el éxito. Sin embargo, en lugar de fomentar condiciones que permitan a todos progresar, se busca nivelar hacia abajo, confundiendo justicia social con una falsa igualdad.
7. El bullying social y político:
En las redes sociales, el fenómeno del bullying refleja perfectamente la envidia igualitaria. Los jóvenes exitosos, los trabajadores que se esfuerzan más y los ciudadanos correctos son constantemente atacados por aquellos que no soportan verlos prosperar. Este odio digital es solo un reflejo de un problema mayor que permea todas las capas de la sociedad chilena.
La raíz de las políticas igualitaristas.
Como bien señala Fernández de la Mora, la envidia es la raíz disimulada de la mayoría de los movimientos políticos igualitarios. En Chile, esta envidia no solo es evidente en los discursos populistas, sino también en las acciones del gobierno. Desde el ataque sistemático a los empresarios y emprendedores, hasta la demonización de quienes representan valores tradicionales, todo apunta a un objetivo: destruir al otro para ocultar las propias carencias.
El contraste: emulación creadora vs. nivelación destructiva.
Frente a este panorama desolador, es necesario rescatar el concepto de emulación creadora. En lugar de nivelar hacia abajo, debemos fomentar la competencia sana, el mérito y la superación personal. Es un llamado urgente a los gobernantes y educadores: estimulen a ser más, no a rebajar al otro.
Un llamado a la reflexión:
Chile está en un punto crítico. Continuar por el camino de la envidia igualitaria nos llevará al estancamiento, tal como ha ocurrido en otros momentos de nuestra historia y en otras sociedades hispanas. Es hora de enfrentarnos a este vicio nacional, denunciarlo y combatirlo con valentía. Como ciudadanos, debemos exigir líderes que promuevan el mérito y la excelencia, y no caigan en la tentación populista de nivelar a costa del progreso.
¿Qué clase de país queremos dejar a las futuras generaciones? ¿Uno donde el éxito sea castigado y el mérito sea motivo de burla? ¿O uno donde el esfuerzo, la disciplina y los valores sean reconocidos y premiados?
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