Mientras, "las derechas" parecieran resignadas a solo obtener mayoría en el Congreso.
Tohá avanza. Las “derechas” se entretienen. Y Chile observa.
Mientras Carolina Tohá teje alianzas con astucia y respaldo histórico, las derechas siguen divididas, erráticas y resignadas. Ni Matthei ni los amarillos podrán detenerla. ¿Despertará a tiempo la verdadera derecha?
TEXTO:
Mientras “las derechas” parecieran resignadas a solo obtener mayoría en el Congreso, y siguen entrampadas en rencillas internas y proclamaciones sin épica ni estructura, la hábil –y cada día más imparable– Carolina Tohá sigue sumando fuerzas sin mayores contratiempos. Ahora son históricos de la propia Democracia Cristiana quienes se pliegan a su candidatura: Ignacio Walker, Genaro Arriagada y Jorge Correa Sutil, todos símbolos de esa vieja concertación que alguna vez fue “de centro”, pero que hoy, sin rubor, cruza el puente tendido por el Socialismo Democrático.
En este escenario, Evelyn Matthei y su relato no ayudan a detenerla. Votar por ella es, en esencia, votar por más de lo mismo. No representa una alternativa clara ni firme, sino una continuidad disfrazada. Por eso, no pocos de la llamada "derecha amarilla" terminarán apoyando a Tohá, que a varios les recuerda –como si el marketing político estuviera calcado– una historia familiar y emocionalmente similar a la de Michelle Bachelet, con un pasado marcado por la muerte de sus padres durante el inicio del Gobierno Militar.
Solo espero que, más temprano que tarde, la verdadera derecha logre la tan deseada como urgente unidad, y que con un candidato presidencial como José Antonio Kast, Chile entienda que es el único capaz de derrotar a Tohá en las urnas. Pero no lo hará solo: necesitará del respaldo de todos esos Patriotas que aún creen en rescatar al país del nefasto y empobrecedor progresismo, y en poner fin al asalto del Estado que han protagonizado –sin pudor ni sanción– los miembros de la podrida casta política de izquierda y derecha, amparados en el amiguismo, el cuoteo y el nepotismo de siempre.

Bajada: Dicen que en la guerra y en el amor todo se vale... pero cuando el amor se cruza con el presupuesto nacional, quizás también deberíamos hablar de conflicto de interés.
Los Patriotas sabemos muy bien lo que hay detrás de Evelyn Matthei: una inconsecuencia sin límites y un relato político que cambia según la dirección del viento.
Pero lo verdaderamente escandaloso —y eso es lo que muchos aún no quieren ver— es que hoy sabemos quién está detrás de Carolina Tohá: usted, señor Ministro de Hacienda.
Sí, usted mismo, Mario Marcel, el rostro técnico, serio y reposado del gobierno de Gabriel Boric, que mientras ocultaba cuidadosamente su romance, se daba el lujo de criticar en público a otra candidata presidencial, Evelyn Matthei, por sus propuestas económicas.
Esto, señor ministro, no es un tema privado ni una inocente historia de amor. Es un claro conflicto de interés. ¿O acaso no le parece problemático que, siendo usted parte clave del Gobierno, haya intervenido en el debate electoral mientras mantenía una relación afectiva con una posible candidata presidencial?
No se preocupe, una parte importante de esta sociedad ni lo notó, y otra lo aplaude. Aplauden también los embarazos bien calculados, las cuotas de poder por conveniencia, y hasta los romances que, casualmente, vienen con beneficios legislativos incluidos.
En fin, cada época tiene sus formas de hacer carrera.
Entiendo que el amor, incluso en la política, merece respeto. Solo espero que este vínculo haya sido abordado con la seriedad y responsabilidad que el cargo exige, y que no tengamos que enterarnos más adelante de alguna nueva sorpresa que pudieran empañar aún más la confianza en nuestras instituciones.
Bajada:
La reciente revelación del romance entre la candidata presidencial Carolina Tohá y el ministro de Hacienda Mario Marcel no es solo una anécdota personal: es una señal política. Porque cuando el poder político y el control presupuestario duermen bajo el mismo techo, no basta con decir que “todo es legal”. En esta columna, analizamos lo que muchos prefieren ignorar: las implicancias, los silencios y la conveniencia de una relación que, más que privada, es estratégicamente oportuna.
Carta al Director:
Romance con poder: ¿y el conflicto de interés?
No estamos hablando de un romance juvenil entre dos figuras inocentes que decidieron mantener su relación en la intimidad. No. Estamos hablando de dos de las personas más poderosas en la política y la economía del país. Una relación que, aunque algunos la murmuraban en voz baja por los pasillos del poder, solo ahora se reconoce públicamente. Y no es menor. Porque cuando la exministra del Interior y actual candidata presidencial confirma que su pareja es el ministro de Hacienda —el mismo que maneja el presupuesto nacional—, las implicancias son evidentes. O al menos, deberían serlo.
En cualquier empresa seria del mundo privado, este tipo de vínculos entre altos ejecutivos sería motivo de análisis, regulación o derechamente de salida, por conflicto de interés o riesgo reputacional. Pero en el Chile político actual, basta con un “lo contamos porque nos quieren conocer mejor” para dejar el asunto resuelto. Como si con eso bastara.
Estamos hablando del ministro más poderoso de este Gobierno, el que puede haber influido en decisiones clave que directa o indirectamente favorezcan la campaña de su pareja. Y no es teoría. Ya lo vimos en el escándalo de los Convenios y las fundaciones, donde la billetera se abrió sin pudor, en nombre de un supuesto compromiso social, que más bien olía a operación política.
Mientras al país se le pide apretarse el cinturón, Marcel decidió repartir bonos y beneficios con una generosidad sospechosamente oportuna, justo cuando Tohá se proyecta como la carta fuerte del oficialismo. ¿Coincidencia? Puede ser. ¿Conveniente? Sin duda. ¿Preocupante? Muchísimo.
En algún momento, Tohá y Marcel fueron la dupla más poderosa del Gobierno de Boric. Pero de esa “collera”, nunca supimos. Se cuidaron bien de no decirlo. Hasta ahora. Y quien no quiera ver las múltiples aristas de este “romance con poder”, es porque simplemente prefiere cerrar los ojos... o tiene otros amores en la sombra que proteger.
Atentamente,
Christian Slater Escanilla
Un Patriota sin Partido Político

"...Mientras tanto, 'las derechas", en plural porque ya ni se entienden entre ellas, se entretienen en peleas de camarín, disputándose el espejo del baño para ver cuál proyecta mejor su ego. En ese escenario de caos autoprovocado, Tohá avanzó, sonrió y se instaló. Tal como muchos lo anticipamos… y muchos otros lo negaban con furia..."
NOTA:
Publicación del 5 de octubre del 2024 y en este mismo Blog. Y ahí está, instalada sin mayor esfuerzo en el tercer lugar... y subiendo como la espuma. Carolina Tohá, la incombustible, la imparable, la blindada del socialismo democrático. Todo esto, sin que sepamos mucho —ni nos preguntemos demasiado— sobre su programa de gobierno. ¿Importa? Al parecer no. Hoy basta con una historia personal emotiva, un currículum largo y una pareja influyente.
Mientras tanto, “las derechas”, en plural porque ya ni se entienden entre ellas, se entretienen en peleas de camarín, disputándose el espejo del baño para ver cuál proyecta mejor su ego. En ese escenario de caos autoprovocado, Tohá avanzó, sonrió y se instaló. Tal como muchos lo anticipamos… y muchos otros lo negaban con furia.
Entonces, la pregunta inevitable: ¿Quién puede derrotar a Carolina Tohá?
Personalmente, creo que José Antonio Kast podría hacerlo. Pero no solo: necesita los votos de todos quienes ya no aguantamos ni una gota más de esta vieja y rancia Casta Política. Esa que se reparte cargos entre familiares, parejas y amigos de infancia, como si el Estado fuera una herencia.
Kast representa una posibilidad. No es infalible, pero es el único que no juega al juego del amiguismo ni del romance de palacio. Y eso, en estos tiempos, ya es mucho decir.
LOS AMORES DE PALACIO: LA PAREJA PRESIDENCIAL QUE NO FUE, PERO QUE YA MANDA.
Por Christian Slater Escanilla – Un Patriota sin Partido Político.
El Socialismo Democrático nos regala hoy una historia de amor que, aunque muchos ya sospechaban, ahora se oficializa: Carolina Tohá, exministra del Interior y actual candidata presidencial, confirmó que mantiene una relación sentimental con Mario Marcel, actual ministro de Hacienda y custodio de la billetera fiscal del país. Una historia que algunos no solo sospechaban, sino que también era el comentario obligado en los pasillos de palacio, cuyas paredes, por anchas y fuertes que sean, siempre escuchan.
En tiempos normales, podríamos simplemente desearles felicidad. Pero en el Chile actual, donde la política se ha transformado en una verdadera cofradía sentimental, la cosa tiene otras implicancias.
¿Es legal? Sí.
¿Es prudente? Para nada.
¿Es lógica? Solo si asumimos que la élite gobierna entre amigos... o parejas.
Tohá, con su estilo calculadamente transversal, dice que “no hay ninguna incompatibilidad”. Pero claro, cuando uno es parte de la casta política, siempre se encuentra la forma de justificar lo que para el resto sería un conflicto de interés inaceptable. Compartir la cama con quien decide los presupuestos del país no parece, en lo absoluto, un detalle menor. Es, en buen chileno, juntar la llave del agua con la del gas.
Y si bien insiste en que la “relación no afecta sus decisiones como ministro”, ¿de verdad alguien cree que la línea entre lo personal y lo político puede mantenerse tan pulcra cuando se vive bajo el mismo techo?
Lo más preocupante es que esta situación no es un caso aislado, sino más bien la tónica de este Gobierno. Un Gobierno donde el propio Presidente ha hecho de su estilo una constante ruptura con las formalidades, los deberes y el respeto que exige el cargo de máxima autoridad de la República. La frivolidad con la que se desdibuja el límite entre lo público y lo privado no es más que otro síntoma del cáncer que corroe a esta vieja, desprestigiada y corrupta Casta Política, de izquierda y de derecha, que ya no se ruboriza al practicar el nepotismo disfrazado de modernidad.
Chile no necesita más romanticismo entre autoridades. Necesita claridad, austeridad y respeto por las formas. Este anuncio solo profundiza la percepción de que estamos gobernados por una elite endogámica, que se reparten los cargos, las decisiones y ahora también... el amor.
Cuidado: cuando la billetera del Estado y la ambición presidencial duermen juntas, la República tiembla.

Una imagen vale más que mil manipulaciones.
"EL MERCURIO":
A Matthei la maquillan. A Kast lo apagan.
La portada de El Mercurio del sábado 3 de mayo no necesita editorial, ni columna de opinión. Basta con mirarla para entender quién es la candidata de la casa y quién debe entrar por la puerta trasera —si es que lo dejan entrar.
Mientras Evelyn Matthei aparece radiante, sonriente, en el centro de la escena, con micrófonos, focos y espacio de sobra para construir su épica, José Antonio Kast brilla… por su ausencia. Ni una foto, ni una mención destacada, ni un párrafo digno de su peso político actual. Nada. Porque para El Mercurio, Kast no existe. O peor: estorba.
Y no nos vengan con el cuento de la “imparcialidad periodística”. Esto no es casualidad. Es una coreografía premeditada, una operación comunicacional elegante, dirigida por esa vieja derecha que se disfraza de seria pero opera con la misma mezquindad de siempre.
A Matthei la maquillan. A Kast lo apagan.
Detrás de todo esto está ese nefasto sector de la derecha económica sin Dios, sin Ley y sin Patria, que financia medios, encuestas y candidaturas con tal de mantener su poder. Apoyan lo que sea mientras les garantice continuidad: aunque sea una candidata que juega a ser progresista, transversal, ambigua y perfectamente funcional a la izquierda que dicen rechazar. Esa derecha que, si pudiera, entregaría la bandera a cambio de otro cupo en el directorio de alguna empresa estatal.
La frase “Una imagen vale más que mil palabras” tiene al menos dos versiones sobre su origen. Una la atribuye el publicista Fred R. Barnard, que la usó en un aviso en 1921. La otra, mucho más potente, se le atribuye a Napoleón Bonaparte: “Un buen bosquejo vale más que un largo discurso.”
Personalmente, me quedo con la de Napoleón. Y con la de Jacinta… la señora que, sin leer el diario, al ver la foto me dijo: “Ah, parece que esa señora es la que va a ganar, ¿no?”.
Gracias, El Mercurio. Una vez más, nos recuerdan que para ustedes no importa el país, la verdad ni la democracia… solo importa quién paga la portada.
Christian Slater Escanilla
Un Patriota sin Partido Político

Se veía venir: Matemáticas y Política, la ciencia que predice lo evidente (aunque algunos no quieran verlo)
Muchos siguen creyendo que la política es puro relato, carisma y frases bien armadas. Pero lo cierto es que las matemáticas mandan. Y no me refiero solo a encuestas o porcentajes, sino a la estructura dura: recursos, equipos, alianzas, territorio, experiencia y capacidad de proyección. Todo eso se puede medir. Y todo eso ya indicaba, desde hace meses, lo que hoy es innegable.
En la primaria oficialista "Unidad para Chile", compiten Gonzalo Winter, Jeannette Jara, Jaime Mulet y –la ya conocida y subestimada por muchos– Carolina Tohá. Algunos recién hoy se sorprenden. Yo no.
Desde el 2024 he venido advirtiendo –y fui criticado por ello– que Tohá no entró al Gobierno de Boric solo a apagar incendios, sino a construir meticulosamente su camino presidencial. Lo dije cuando nadie lo decía. Entró al Ministerio del Interior con una sola condición: blindaje político total, control de las decisiones clave y la libertad para armar su propio equipo. Y lo logró.
Mientras tanto, la derecha –la amarilla, la nueva y la dura– se dedicó a pelear entre sí. Como si no supieran sumar. No vieron venir lo obvio. Estaban demasiado ocupados en sus egos, en sus “primarias amplias” y en disputas intestinas, como si el país estuviera esperando otra teleserie de poderosos incomprendidos. Lo cierto es que Tohá se les metió por la puerta grande, se instaló con todos los fierros y hoy lidera la carrera del oficialismo.
Las cifras no mienten:
Tiene el respaldo del PPD, del PS y hasta de figuras como Andrés Velasco.
Armó un equipo técnico, político y comunicacional de primer nivel.
Reunió experiencia de gestión, alianzas transversales y, lo más importante: credibilidad entre quienes manejan los hilos del poder.
Mientras Jara y Winter representan nichos ideológicos específicos, y Mulet una causa regionalista sin proyección nacional, Tohá encarna la única figura presidencial real del oficialismo. Y no por carisma o mérito discursivo, sino porque las matemáticas del poder la favorecen de principio a fin.
¿Y quién puede detenerla? Solo uno: José Antonio Kast. Pretender que Evelyn Matthei lo hará –con su discurso más cercano a la izquierda que al orden– es rendirse y sumarse, sin quererlo (o queriéndolo), a la campaña de Tohá. Así de claro. Así de incómodo. Así de real.
Kast es el único con un proyecto claro, coherente, sin ambigüedades y sin pactos vergonzosos con esa casta política que tanto daño le ha hecho a Chile. Es el único que no ha negociado principios por cargos, que ha resistido los embates del progresismo sin arrodillarse ni moderar su mensaje para caerle bien a la élite. Tiene el respaldo de una base ciudadana que no teme decir las cosas por su nombre, y un programa centrado en el orden, la libertad, la soberanía y el sentido común.
Mientras otros hablan de gobernabilidad como excusa para pactar con los mismos de siempre, Kast propone gobernar con coraje y convicción para rescatar Chile antes de que sea demasiado tarde. No hay tiempo para más experimentos ni candidaturas tibias. Es ahora o nunca.
Christian Slater Escanilla.
Un Patriota sin Partido Político.
LO QUE SE PUBLICÓ Y SE ADELANTÓ EN ESTE BLOG A FINES DEL 2024, HOY ES UNA COMPLETA REALIDAD:
1⁰ Matthei: no necesita enemigos, cometerá –una vez más– suicidio político.
2⁰ Kast: sin contratiempos, avanza y lo favorece su histórica consecuencia.
3⁰ Kaiser: una sorpresa política, que logró aglutinar a sus seguidores, pero no tiene más espacio para seguir creciendo como candidato Presidencial aunque sí como candidato al Senado. Y si algún fanático o enemigo de Kast tiene alguna duda, le sugiero escucha u ver este vídeo donde el propio Kaiser afirma que Kast el el mejor preparado para ser Presidente: KAISER, "EL MEJOR PREPARADO PARA SER PRESIDENTE DE CHILE ES KAST".
Tohá: la indestructible e incombustible candidata sigue siendo la posibilidad política más peligrosa, que solo Kast, con el apoyo y los votos de los Patriotas, el Partido Social Cristiano y el Partido Nacional Libertario, puede vencer.
MIENTE, MIENTE, QUE SIEMPRE ALGO QUEDA.
LA IMPARABLE TOHÁ: Cuando la centroizquierda avanza con relato y la derecha tropieza consigo misma.
OTRA VEZ: LA IMPARABLE E INCOMBUSTIBLE TOHÁ.
Fue advertido desde 2024. (LA INCOMBUSTIBLE TOHÁ). A muchos no les gusta el título. A la centroizquierda, porque les recuerda que su carta fuerte —Carolina Tohá— no necesita mayor promoción: avanza sola, sin despeinarse, al ritmo de los errores ajenos. Y a la derecha —a la supuesta y también a la verdadera— porque esta advertencia les resulta incómoda, molesta, incluso insoportable. Me he ganado el odio de algunos, el rechazo de otros, y la indiferencia de los que creen que tienen todo controlado… hasta que se les viene la noche.
Algunos podrán decir que el título no se condice con los últimos datos de las encuestas, donde Carolina Tohá no lidera en mención espontánea. Pero se equivocan si piensan que la fuerza política se mide solo con una cifra semanal. Tohá no necesita instalarse: ya está instalada. No ha sido retirada, ni desplazada, ni desgastada por su sector. Representa unidad, relato, experiencia y disponibilidad. Ha sobrevivido a todo y sigue vigente. Por eso la llamo imparable e incombustible: porque no han logrado sacarla del tablero.
Carolina Tohá no representa a la izquierda dura. Proviene del PPD, ese partido que fue fundado en los últimos años del régimen militar con la intención de canalizar institucionalmente la transición hacia la democracia. Fue el partido puente entre el socialismo renovado, el progresismo y la socialdemocracia chilena. No por nada participó en todos los gobiernos de la Concertación y fue parte activa de la Nueva Mayoría. Hoy, Tohá encarna ese espíritu: institucional, moderno, con relato, con oficio, con blindaje mediático y con algo que en la derecha escasea: equipo.
Mientras ella avanza, al frente no hay un bloque firme ni una oposición estructurada. Hay una derecha oficial, obsesionada con las encuestas, con los focos, y con el eterno juego de posicionar rostros que sean simpáticos para la prensa, aunque huecos en contenido. Están quienes sueñan con Evelyn Matthei como una candidatura de consenso, sin darse cuenta de que una buena gestión municipal no siempre es sinónimo de liderazgo nacional. Y también están los grupos que se dicen patriotas o republicanos, pero que se han vuelto incapaces de escuchar críticas, rodeados de yesmen que aplauden todo, incluso cuando lo que viene es el abismo.
El 2023 en este mismo Blog también se advirtió: SI NO ES KAST, ¿QUIÉN ENTOCES? Tuvieron al candidato ideal frente a ustedes y millones de chilenos simplemente no fueron a votar. Dejaron la cancha libre para que la izquierda y el progresismo impusieran su proyecto. Y luego, en lugar de hacer una autocrítica, prefirieron inventar excusas: que Kast cambió después de su viaje a Estados Unidos, que Kast ahora juega con las reglas del sistema o que se desinfló. Nunca se atrevieron a decir la verdad: que el problema no era Kast, sino el miedo que les produce su consecuencia.
Se repite la historia. Lo tienen ahí, con más experiencia, con equipo, con programa, con prudencia y fortaleza. Pero les da miedo. Porque él no va a respaldar a los de siempre, no se va a subir a las polleras de la vieja casta política ni de derecha ni de izquierda. No va a avalar a los lobos que rodean a Chile Vamos esperando su nuevo turno, ni a las hienas carroñeras de la izquierda caviar, esas que hablan como comunistas pero viven como millonarios.
Entonces, algunos lo critican porque apoyó una propuesta de nueva Constitución redactada por el Consejo, donde el Partido Republicano había tenido un rol mayoritario. Pero ¿qué debió hacer? ¿Renegar del trabajo de su propio sector? Kast vio una oportunidad institucional, una salida al ciclo eterno de inestabilidad constitucional. La izquierda votó Rechazo no por convicción, sino por conveniencia: para dañar a Kast y prolongar el conflicto.
También se le critica por haberse rodeado de figuras con pasado en la derecha tradicional. Como si se pudiera construir un gobierno solo con voluntarismo. Gobernar exige experiencia, conocimiento del aparato público, cuadros técnicos. No se hace con memes ni con discursos encendidos. Y cuando se le exige "apoyo irrestricto" a ciertas causas o grupos, se olvida que gobernar también implica elegir las batallas con estrategia, no con emocionalismo. Kast no abandonó a nadie: evitó caer en trampas que podían deslegitimar su proyecto.
Y aunque duela decirlo, el verdadero problema no es solo ganar: es con quién gobernar. La izquierda, incluso la más moderada, siempre tiene cuadros dispuestos a servir, aunque no tengan idea de cómo hacerlo. La derecha, en cambio, tiene profesionales talentosos, pero muchos prefieren seguir liderando sus negocios, lejos del fango de la opinión pública. No están dispuestos a sacrificarse. Y los que sí están, muchas veces son los de siempre: operadores, tecnócratas oportunistas, que ya están afilando los dientes para colarse en cualquier gobierno, aunque sea con otra chaqueta.
Por eso el desafío de Kast es gigantesco. Necesita sumar a los mejores, no a los más ruidosos. A los patriotas, sí, pero no a los fanáticos sin formación. A los convencidos, pero también a los capaces. Porque Chile no necesita solo intenciones: necesita resultados. Y eso solo se logra con conocimiento, convicción y coraje.
Y en medio de todo esto, la prensa hace lo suyo. Eleva encuestas menores a categoría de verdad nacional, impone titulares que favorecen a unos y minimizan a otros. Se instala la idea de que Matthei es invencible y que Jara crece. Todo sin mostrar el otro lado: que hay un país silencioso que mira, espera y que, si se moviliza, puede volver a dar la sorpresa.
Dicen que avanzar es avanzar. Pero no es lo mismo avanzar recto, que avanzar de frente o avanzar derecho. En Ecuador avanzar recto es seguir la línea, aunque no se sepa hacia dónde va. En Perú, avanzar de frente es encarar al adversario sin miedo, aunque sin estrategia. Pero en Chile, cuando decíamos que alguien "avanzaba derecho", queríamos decir que lo hacía con decencia, con dignidad, con vocación de servicio. Y eso es lo que hoy se ha perdido.
No basta con avanzar. Hay que hacerlo bien. Con sentido. Con moral. Con Chile al frente.
Esto no es lo que quiero para Chile, es simplemente la foto del escenario actual. No me gusta, no lo celebro y está a años luz de lo que deseo para mi país. Pero negar la realidad no la cambia. Y si mis críticas despiertan tanto odio y tanta rabia, es porque a más de alguno le duele saber que esto… es perfectamente posible.
Y no por culpa de Tohá.
Sino por culpa de ustedes.
ACTUALIZACIÓN - Encuesta CADEM 11 de abril:
Mientras algunos ya están escribiendo el final de esta historia, la realidad dice otra cosa:
Evelyn Matthei no crece.
Johannes Kaiser alcanza su techo.
José Antonio Kast vuelve a repuntar.
Y ni Jara ni Tohá logran despegar… por ahora.
La carrera presidencial aún no comienza. Pero los mismos que en 2021 dijeron “Kast no tiene opción”, hoy vuelven a cometer el mismo error.
Y mientras muchos daban por descartado a Kast y minimizaban a Kaiser, este lunes se oficializa un pacto que puede reconfigurar todo: Republicanos, Libertarios y Socialcristianos anuncian su alianza bajo la bandera de una 'Nueva derecha para cambiar Chile'. Y lo hacen con programa, con presencia nacional, y con la intención explícita de disputar el Parlamento. Pero no nos engañemos. Un pacto parlamentario puede ser una buena noticia, pero no es suficiente y menos aún, no puede ser el anuncio anticipado de salir vicecampeones.
ESCENARIOS POSIBLES - ELECCIONES PRESIDENCIALES 2025
1. Primera vuelta altamente fragmentada: múltiples candidaturas.
Probabilidad: Alta. Participarían Evelyn Matthei, José Antonio Kast, Johannes Kaiser, una figura de centroizquierda (como Tohá o Vodanovic), y una de izquierda más radical (como Jara o Winter). Este escenario abre muchas combinaciones para la segunda vuelta, pero también aumenta el riesgo de dispersión y confusión en el electorado. Para la derecha, el mayor peligro es que solo uno de sus candidatos logre pasar, quedando los otros fuera por falta de unidad o estrategia.
2. Segunda vuelta: Kast vs Tohá/Vodanovic Alta tensión. Kast debe ampliar base sin perder esencia. Tohá simboliza estabilidad y unidad.
3. Segunda vuelta: Matthei vs Jara. Matthei favorita, pero riesgo de continuidad con cosmética. Polariza.
4. Segunda vuelta: Kast vs Matthei
Probabilidad: Creciente. Escenario cada vez más plausible si la izquierda se divide y Kast y Matthei consolidan sus bases. Representaría una verdadera disputa por el alma de la derecha: proyecto institucional vs proyecto reformador. Riesgo: fractura interna y polarización dentro del propio sector. Pero también una gran oportunidad de definición.
5. Segunda vuelta: Tohá vs Jara/Winter Escenario simbólico de derrota total de la derecha. Solo si esta se autodestruye.
Unidad, visión, y coraje. Ese es el camino. No basta con ganar espacios. Hay que tener propósito.
ANÁLISIS Y CONCLUSIONES: Los escenarios presidenciales descritos no son meros ejercicios especulativos. Reflejan una tensión real entre proyectos que hoy coexisten sin verdadera coordinación. La centroizquierda ha demostrado capacidad de instalar candidaturas con relato, incluso en momentos de desgaste, mientras la derecha, en sus múltiples expresiones, aún tropieza consigo misma.
El escenario más probable —una disputa interna entre Kast y Matthei con una centroizquierda dispersa— plantea un desafío mayor: ¿puede la derecha capitalizar esta oportunidad sin autodestruirse? ¿Puede el bloque republicano-libertario-socialcristiano mantener coherencia, sin encerrarse en sí mismo y sin caer en el triunfalismo parlamentario que tanto se ha criticado?
Por otro lado, las figuras de Jeannette Jara y Gonzalo Winter representan un riesgo estratégico para la centroizquierda, al dividir el bloque y abrir espacio para que una figura más consolidada —como Tohá— quede atrapada entre dos fuegos. Este escenario, aunque todavía no definitivo, puede significar el paso a segunda vuelta de dos candidatos de derecha.
Pero para que eso ocurra, no basta con que los demás se equivoquen. Kast y su entorno deben actuar como si la victoria fuera posible, no solo como un deseo. El pacto parlamentario es un paso, pero no puede convertirse en el techo. La gran tarea pendiente es gobernar con visión de mayoría, con equipos diversos, con liderazgos no sumisos y con ciudadanía movilizada.
Nada está definido, pero todo puede precipitarse rápidamente. Esta es la hora de mirar el tablero completo, sin triunfalismos y sin resignaciones. Chile lo exige.
CON TODAS ESTAS VERDADES, ¿TODAVÍA NO LOGRO COMPRENDER? ¡¡AL SECTOR QUE SE DICE ¡¡LUCHADORES POR RESCATAR CHILE, DE LAS GARRAS DEL COMUNISMO!! ¡¡QUE TANTO DAÑO NOS HA HECHO!! ¿TODAVÍA NO VEN LA DUPLA QUE SÍ SALVARÁ A CHILE? DE ESA IZQUIERDA DERROTADA Y VENGATIVA DEL 73!! ¿A ESA IZQUIERDA DESTRUIDA POR NUESTROS HÉROES, PARA SALVAR A LOS CHILENOS? SÍ ELLOS, NUESTROS HÉROES TORTURADOS EN PUNTA PEUCO Y QUE MUCHOS YA PARTIERON HUMILLADOS Y TORTURADOS, POR DEFENDERNOS DEL YUGO CRUEL Y DESTRUCTOR LLAMADO COMUNISMO, SON MENTIROSOS QUE VIVEN COMO BURGUÉS Y PREDICAN HOMENAJEANDO A LOS FLOJOS OPORTUNISTAS, MAL LLAMADOS POBRES!! ESOS SON POBRES, PERO POBRES DEL ALMA, ESOS NO SON POBRES, NI VERDADEROS CHILENOS BIEN NACIDOS!! ¡¡NO SON PATRIOTAS, SON TRAIDORES A LA PATRIA, DONDE NACIERON!!
ResponderBorrar