NI PUEBLO NI ÉLITE, SOLO EL ORGULLO DE SER CHILENO.
Kast y la política de lo esencial: cuando la prudencia derrota al ruido.
THE TIMES EN ESPAÑOL:
https://thetimes.cl/contenido/6511/ni-pueblo-ni-elite-solo-orgullo-de-ser-chileno
PRENSA LOCAL:
https://www.prensalocal.cl/2025/07/18/ni-pueblo-ni-elite-solo-orgullo-de-ser-chileno/
Mientras algunos insisten en seguir dividiendo a Chile entre “pueblo y élite”, izquierda y derecha, o buenos y malos, José Antonio Kast ha optado por algo muy distinto: pensar en Chile. En una entrevista reciente, el abanderado del Partido Republicano fue claro al declarar que su eventual gobierno no priorizará la agenda valórica, no porque reniegue de sus convicciones —las cuales son de público conocimiento—, sino porque entiende que este es un gobierno de emergencia. Y en tiempos de emergencia, lo urgente no puede ser eclipsado por lo accesorio.
Prudencia, fortaleza, justicia y templanza: son las virtudes cardinales que parecen guiar la estrategia de Kast frente al desorden actual. No se deja arrastrar al barro de los debates estériles ni responde a los mordiscos de quienes buscan desesperadamente que caiga en la trinchera del enfrentamiento ideológico. En cambio, Kast camina con firmeza hacia lo que realmente importa: la seguridad pública, el crecimiento económico, la salud, la educación y la vivienda.
Mientras otros se victimizan, se atacan entre ellos y transforman la política en un espectáculo de agresiones y descalificaciones, Kast avanza. Lo hace con una propuesta concreta, sin populismos ni promesas vacías, incorporando todos los días nuevos expertos que nutren su equipo con visión técnica, experiencia y compromiso con el país. No busca adhesiones compradas ni acomodos de última hora. No seduce a quienes hacen negocio de la política, ya sea desde la derecha económica o desde la izquierda caviar.
Y lo más relevante: ha comenzado a construir la unidad que Chile tanto necesita. A pesar de las diferencias y de las dificultades del camino, Kast ha logrado avanzar junto al Partido Social Cristiano, el Partido Nacional Libertario, y —no menos importante— con miles de Patriotas independientes que, aunque hoy no tengan partido político, buscan lo mejor para Chile. Patriotas que no quieren cargos ni favores, sino recuperar la confianza en una política seria, honesta y orientada al Bien Común.
Porque Chile no necesita más caudillos ni operadores: necesita servidores. Y eso es lo que muchos vemos en Kast y en quienes lo rodean. Una resistencia moral frente a una casta política vieja, corrupta y desgastada, que hace décadas dejó de trabajar para los más necesitados y comenzó a legislar solo para sus propios bolsillos.
Como bien lo expresó Arturo Squella, presidente del Partido Republicano, este no es momento para debates que dividen. Chile necesita unidad nacional para derrotar el crimen organizado y recuperar el Estado de Derecho.
Esa es la diferencia entre un político más y un líder verdadero. Un político sigue la ola del escándalo y el titular fácil. Un líder navega contra la corriente si es necesario, pero no pierde el rumbo. Y hoy, el rumbo de Kast no está puesto en las trincheras ideológicas, sino en las soluciones concretas.
En tiempos de caos, la prudencia no es debilidad: es coraje inteligente. Y eso es precisamente lo que hoy representa José Antonio Kast.
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