LOS RESCATISTAS DE MATTHEI: ¿NO SERA "MUSHO"?
Desde el empresario Juan Sutil al propio marido, Jorge Desormeaux… ¿No será musho?
Cuando una candidatura empieza a naufragar, aparecen los salvavidas de todo tipo. En el caso de Evelyn Matthei, la lista de “rescatistas” ya parece un desfile tragicómico:
- Juan Sutil, el empresario que intentó darle aire estratégico desde el mundo económico.
- Rodrigo Galilea, presidente de RN, que salió a defenderla en todos los tonos posibles.
- Daniel Pérez Pallares, el ecuatoriano contratado para idear la “brillante” estrategia de atacar a Kast.
- Ximena Rincón, que se bajó de la carrera para traspasarle un caudal de votos que nunca apareció.
- Cecilia Morel, con sus millones de pesos en aportes para reflotar una campaña que se hunde igual.
- Magdalena Piñera Morel, moviendo exministros y subsecretarios para retener al piñerismo.
- Y, como guinda de la torta, Jorge Desormeaux, su propio marido, entrando en la pelea para criticar a Kast.
Lo más preocupante es que la declaración del marido de Matthei no puede verse como una torpeza casual, sino como una maniobra equivocada. Un movimiento calculado que, lejos de fortalecer, termina debilitando y dividiendo. Con estas actitudes no se están construyendo las bases de unidad que serán indispensables en una segunda vuelta; más bien se transmite la señal de que no habrá apoyo real llegado ese momento. Y si ese es el plan, el daño no es solo a Kast: es al conjunto de la derecha y, en definitiva, a Chile.
Decir que con Kast no habría “paz social” y que con Matthei sí, es una conclusión equivocada y peligrosa. Porque esa supuesta “paz” no puede construirse sobre la base de aceptar la violencia, tolerar el delito o acomodarse al relato de la izquierda. La verdadera paz no nace de la rendición, sino del orden, la justicia y la autoridad bien ejercida. Pretender que los chilenos debemos elegir a quien se someta mejor a la presión de los violentos es, sencillamente, una falta de criterio que ofende a quienes queremos recuperar dignidad y seguridad para nuestro país.
¿Y qué han conseguido con tanto esfuerzo? NADA. Ni ordenaron la campaña, ni levantaron encuestas, ni instalaron un relato convincente. Cada intervención terminó generando más ruido, más polémicas y más muestras de desesperación.
Porque cuando hay que recurrir desde el empresariado hasta la familia directa para salvar una candidatura, la pregunta cae de madura:
¿No será musho?
Al final, solo falta poner de fondo una de esas canciones “para cortarse las venas”. Podría ser esa de Luis Miguel: “Entrégate… mi prisionera”.
Miércoles 03 de septiembre de 2025:
Buena la reflexión
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