INÚTILES EMPOBRECEDORES.
Medidas que Nivelan Hacia Abajo
Resulta llamativo que, frente a cada dificultad, la respuesta más habitual del gobierno sea congelar, restringir o recortar. Es la receta fácil: trasladar el peso del ajuste a los trabajadores públicos y a la ciudadanía, en lugar de asumir el desafío de gestionar con eficiencia y promover desarrollo.
“Gobernar no es solo frenar el carro, sino encaminarlo hacia un destino mejor.”
Una Política sin Gestión.
El congelamiento de remuneraciones no ataca las causas de fondo. Solo refleja la ausencia de un verdadero plan de gestión y modernización del Estado:
- Ineficiencia del aparato estatal: crece en número de funcionarios pero no en resultados.
- Ausencia de reformas estructurales: que permitan gastar menos y mejor.
- Falta de incentivos a la productividad: tanto en el sector público como en el privado.
Con ello, se transfiere el costo del mal gobierno a quienes dependen de su salario, debilitando el consumo, la inversión y la confianza ciudadana.
Empobrecimiento Progresivo.
Medidas como el congelamiento de las remuneraciones no resuelven el déficit fiscal ni dinamizan la economía. Solo logran aplacar, de forma temporal, la presión presupuestaria, pero deterioran el ingreso de miles de familias.
Gobernar requiere mucho más que contener el gasto. Exige gestión, planificación estratégica y voluntad política para implementar reformas que fortalezcan al país y generen crecimiento sostenible.
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