LEY DE INTELIGENCIA. QUÉ PREFIERE: CRIMEN, TERRORISMO O POLÍTICOS CORRUPTOS.

10.OCT.2024: ¿ÚLTIMO NUDO?
 
El nudo no está en la Ley, está en los Congresistas que tienen terror que una Ley Antiterrorista o de Inteligencia, abra las posibilidades de que agentes secretos, descubran sus actos de corrupción. 



04 DE OCTUBRE DE 2024:

Amenazas Internas y Externas: La Falta de Inteligencia que Compromete a Chile.

Una vez más, me permito destacar lo que considero una realidad evidente: los políticos corruptos de izquierda y derecha en Chile siempre han unido fuerzas para bloquear el progreso de una Ley de Inteligencia adecuada y, aún más, un Servicio de Inteligencia eficiente. Mi opinión es que esto no se debe a un simple desacuerdo ideológico, sino a un profundo temor. Temor a que sus malas prácticas, sus abusos de poder y sus múltiples formas de corrupción sean expuestas. Esta casta política, que se considera intocable, teme perder el control que ostenta sobre el país.


Mientras tanto, el crimen organizado, el narcotráfico, el terrorismo, los asesinatos y los ajustes de cuentas entre bandas rivales han prosperado a una velocidad alarmante en Chile. Las instituciones que deberían combatir estos males están paralizadas, atadas de manos por la falta de herramientas adecuadas y por la inacción de los mismos políticos que se benefician del caos. No podemos ni siquiera imaginarnos cómo estamos siendo infiltrados a través de la tecnología en cada rincón del Estado, ni tampoco el grado en que nuestras Fuerzas Armadas y de Orden podrían estar siendo vulneradas.


Un ejemplo reciente es cómo el Partido Comunista y el Frente Amplio, justo en estos días, han intentado, una vez más, destruir o desmantelar las reformas a la Ley Antiterrorista enviadas al Senado, las cuales llevan años en trámite. Argumentan que dicha ley favorece el "espionaje político" al permitir la utilización de "medidas intrusivas" como el IMSI catcher, un dispositivo que simula ser una antena celular y capta información de los teléfonos móviles cercanos, permitiendo identificar y rastrear a los usuarios. Según ellos, esto "juega en contra" de la movilización social, pero yo no puedo estar más en desacuerdo. Justamente, lo que necesitamos es una Ley Antiterrorista efectiva, no una que sirva a quienes, además de movilizarse por sus demandas, planifiquen actos delictivos.


Además, la izquierda y la derecha han logrado sustraerse de sus responsabilidades políticas mediante la imposición de Reglas de Uso de la Fuerza y Estados de Excepción Acotados. Estas restricciones limitan severamente el actuar de Carabineros de Chile y de las Fuerzas Armadas, estableciendo reglas que favorecen a los delincuentes. A través de estas normativas, se otorga una ventaja a los criminales y se permite que los organismos de derechos humanos, secuestrados por la izquierda, el comunismo y los progresistas, persigan y encarcelen a todo uniformado que haga uso legítimo de la fuerza para detener, repeler, neutralizar o capturar a un delincuente o terrorista.


Chile, con más de 4.000 kilómetros de fronteras tanto terrestres como marítimas, enfrenta una grave amenaza debido a la falta de control efectivo y de inteligencia estratégica en estas áreas. Nuestras fronteras, cada vez más permeables, permiten la entrada de actividades ilegales, tanto por tierra como por mar, sin una respuesta adecuada. La protección de nuestros productos marinos, otro recurso vital, se ve igualmente comprometida, quedando a merced de la explotación por flotas extranjeras que actúan impunemente en nuestras aguas. Sin una inteligencia sólida que monitoree y responda a estas amenazas, los recursos naturales y la seguridad de nuestro territorio están en riesgo constante.


Igualmente preocupante es la reducción de las capacidades de inteligencia estratégica y de seguridad de nuestras Fuerzas Armadas, debilitadas por las restricciones impuestas por el Estado. Esto dificulta su actuación frente a los servicios de inteligencia de países vecinos y no vecinos que podrían estar operando en nuestro territorio sin que tengamos conocimiento. Además, la amenaza de células terroristas fundamentalistas que podrían estar operando en Chile agrava aún más la situación, ante la pasividad de los políticos que impiden que se adopten medidas serias para enfrentar este peligro.


Al mismo tiempo, resulta alarmante que gran parte de la capacidad de inteligencia y contrainteligencia esté hoy en manos de actores privados. Un periodista, un lobista con su empresa de comunicaciones o un poderoso abogado, como el Sr. Hermosilla, con sorprendentes contactos con autoridades de gobierno, políticos, jueces y grupos económicos, podrían fácilmente convertirse en los mejores "agentes secretos" del país, ya que las herramientas oficiales han sido deliberadamente debilitadas.


Las implicancias de esta debilidad van mucho más allá de lo visible, afectando áreas críticas como la inmigración descontrolada, la explotación de minerales en zonas fronterizas y la delimitación territorial en sectores estratégicos como Campos de Hielo Sur, el Estrecho de Magallanes y la Antártica Chilena.

A esto se suma la creciente preocupación por la soberanía efectiva en regiones y poblaciones donde el Estado no tiene una presencia real, lo que pone en riesgo la seguridad territorial y la protección de nuestras fronteras. La soberanía en nuestros mares e islas, así como la adquisición de tierras en nuestro territorio por privados de otros países, también están en entredicho, debido a la falta de control e inteligencia adecuados. Asimismo, el control efectivo de nuestro espacio aéreo es otro aspecto crítico que no podemos permitirnos descuidar.


De igual manera, resulta alarmante cómo gigantes económicos como China han capturado, sin restricción alguna, gran parte de nuestra economía, incluyendo sectores clave como la minería, obras públicas y el comercio. Y, lo más reciente, es el intento irresponsable del actual gobierno de avanzar en el área de defensa con estos actores externos, poniendo en riesgo áreas que son fundamentales para nuestra soberanía y seguridad nacional.

En resumen, la falta de un servicio de inteligencia estratégico y eficiente no solo afecta la seguridad interna, sino que compromete áreas clave para la estabilidad y soberanía de nuestro país. Sin una Ley de Inteligencia adecuada y sin un servicio operativo a la altura de estos desafíos, el futuro de Chile se ve cada vez más vulnerable ante amenazas externas e internas. No podemos permitir que el desarrollo económico, la soberanía territorial y la seguridad de nuestros ciudadanos queden a merced de la inacción de políticos que rechazan sistemáticamente las reformas necesarias.

Hoy en Chile, la inteligencia no es solo una necesidad, es una urgencia que afecta nuestro presente y nuestro futuro. 

Finalmente,  supongo que prefiere que en Chile exista una verdadera y eficiente Comunidad de Inteligencia y no que siga prosperando, en completa impunidad, el crimen organizado, el terrorismo y la corrupción política.


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