INDIFERENCIA, MORBO, BANALIDAD: LOS MEJORES ALIADOS DEL CRIMEN Y EL TERRORISMO.

 


Hace seis años lo advertimos: abril de 2019, seis meses antes del estallido delictual.

En abril de 2019, seis meses antes del estallido delictual en Chile, publicamos un artículo en el Diario Electrónico El Ojo Digital de Buenos Aires, Argentina, donde alertábamos sobre el inminente avance de la delincuencia, el crimen organizado y el terrorismo en nuestra región. Aquel artículo no fue una especulación, sino una advertencia fundamentada en hechos y análisis que muchos prefirieron ignorar.


Hoy, con el tiempo como juez, podemos afirmar que nuestra visión fue certera. Lo que comenzó como un "estallido social" en octubre de 2019 rápidamente se transformó en un estallido delictual, un preludio del imperio del terror y el narcoterrorismo que ahora domina varias zonas del país. Peor aún, Chile enfrenta hoy la amenaza de organizaciones como Hezbollah operando con absoluta impunidad, mientras un Estado debilitado y una sociedad anestesiada permanecen en silencio.

Mientras tanto, seguimos siendo testigos de cómo el Partido Comunista y el oficialismo del Frente Amplio se oponen obstinadamente a la existencia de una Ley de Inteligencia en Chile. Y la pregunta inevitable es: ¿a qué le tienen miedo?. Quizás a que esta ley revele el origen del financiamiento y la organización de sus grupos exaltados, que vemos actuar en cada protesta con un apoyo logístico sorprendentemente bien estructurado. Alimentación, agua, escudos protectores, hondas, piedras, palos, pinturas, elementos incendiarios y hasta atención sanitaria son parte del arsenal que estos grupos utilizan para enfrentar a las fuerzas del orden, que operan bajo estrictas normas de uso racional y legal de la fuerza.

En lugar de legislar para proteger a los ciudadanos, pareciera que algunos sectores políticos prefieren garantizar la impunidad de quienes destruyen. Esta negativa no parece responder a preocupaciones legítimas por la democracia o los derechos humanos, sino más bien a un interés político en mantener este caos funcional para sus fines.

¿Y qué hace la sociedad frente a esta crisis? Prefiere refugiarse en el morbo y la banalidad. Dedican su tiempo a consumir imágenes de encapuchados destruyendo el país, a los chismes vacíos y, peor aún, a difundir las fotografías desnudas de ex figuras políticas que ahora exponen sus cuerpos en sitios para adultos. En lugar de leer, reflexionar y actuar, optan por promover aquello que degrada aún más nuestra moral y nuestro futuro. Este es el ejemplo que le están dejando a sus hijos y nietos: un legado de complicidad, mediocridad y cobardía.

No nos engañemos: este colapso no es una casualidad. Es el resultado de años de indiferencia, de priorizar el espectáculo y el morbo sobre la verdad, de elegir lo superficial por encima de lo importante, de normalizar el miedo y la ignorancia como guías de nuestras decisiones. Chile, como tantos otros países de la región, está en un punto de quiebre. La pregunta es clara: ¿tenemos el valor de cambiar el rumbo o seguiremos arrastrándonos por el camino de la decadencia moral y social?





El Ojo Digital, Buenos Aires, Argentina. 




¿INGENUIDAD, IGNORANCIA O QUÉ?



Más preocupante aún, viniendo de quién ya sabemos: El experto en daños.






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