CHACABUCO EN EL OLVIDO: CUANDO LA BATALLA CULTURAL BORRA NUESTRA HISTORIA.

BATALLA DE CHACABUCO:

DIARIO LA TERCERA: LA BATALLA DE CHACABUCO.

VÍDEO DE SOLDADO ARGENTINO QUE NOS RECUERDA, ESTE AÑO 2025, LA BATALLA DE CHACABUCO.

Chacabuco en el olvido: Cuando la Batalla Cultural borra nuestra historia:

Qué lástima tener que recurrir a publicaciones extranjeras para recordar una de las gestas más trascendentales de nuestra historia. Este año, solo gracias a un artículo reciente en Argentina y a lo publicado el 12 de febrero de 2017 en el diario El Día de La Serena, podemos revivir la hazaña de O'Higgins, San Martín y el Plan Continental que aseguró la independencia de Chile y Perú.

En este 2025, la Batalla de Chacabuco pasó prácticamente desapercibida en nuestro país. En contraste, en Argentina—como siempre y una vez más—sí fue recordada con orgullo por su Ejército y por la ciudadanía, reafirmando su relevancia en la historia del continente. Mientras tanto, en Chile, seguimos permitiendo que la batalla cultural borre nuestros propios hitos, silenciando el legado de quienes forjaron nuestra independencia.


O'Higgins y el Plan Continental de San Martín.

Diario"El Día",  de la ciudad La Serena, 12 de febrero de 2017.

Señor Director:

Este domingo 12 de febrero (del año 2017), después de que 30 soldados del Ejército argentino y chileno recrearan la titánica hazaña del Cruce de los Andes, celebraremos el triunfo y los 200 años de la Batalla de Chacabuco.

Numerosas han sido las actividades históricas en que ambos ejércitos, las autoridades civiles y la ciudadanía en general han participado en estos días, recordando el magnífico Plan Continental ideado por el general argentino José de San Martín, junto al incondicional y leal apoyo del general Bernardo O’Higgins, cuya destacada participación en esta etapa de nuestra historia nacional le mereció finalmente su designación como Director Supremo.

Algunos historiadores, y otros que no lo son, al parecer en busca de una fama inmediata, en vez de destacar la acción de estos dos grandes estadistas—que juntos se potenciaron y permitieron la libertad de América—se esmeran por resaltar en ellos solo sus debilidades humanas, propias de todo mortal. Comentarios que en nada aportan a la debilitada unidad nacional.

Ambos generales se conocieron en Europa, bajo las ideas libertarias de Francisco de Miranda. A partir de 1810, y probablemente mucho antes, cada uno sabía cuál era su rol en la historia. Para San Martín, llegar hasta el Perú. Para O’Higgins, lograr la independencia de Chile y apoyar a San Martín.

O’Higgins, desde su primer día como Director Supremo, se esmeró por organizar la Primera Escuadra Nacional, contratando para ello al almirante inglés Thomas Alexander Cochrane. Al mismo tiempo, envió al recientemente capturado bergantín Águila a rescatar a un centenar de ilustres patriotas relegados por los realistas en el archipiélago de Juan Fernández. Entre ellos, Manuel Blanco Encalada, quien llegaría a ser el comandante de la Primera Escuadra Nacional y el primer presidente de Chile.

Paralelamente, para reforzar el dominio del mar, O’Higgins entregó patentes de corso. Buques de guerra que, con la bandera de Chile, recorrieron el océano Pacífico desde el Cabo de Hornos por el sur hasta Panamá y California por el norte.

Corsarios al servicio del gobierno de O’Higgins, con una autorización escrita y sellada, tenían el permiso para asaltar, capturar o destruir naves hostiles a los intereses de la naciente República de Chile.

En esta poco conocida historia de corsarios destaca el capitán inglés John Illingworth Hunt, quien en su goleta Rose trajo desde Inglaterra a Valparaíso al almirante Cochrane. El capitán Illingworth, después de un ofrecimiento de O’Higgins, se contrató como corsario y su goleta fue artillada con 36 cañones, ahora con el nombre Rosa de Los Andes. Por cosas del destino, después de cumplir en forma brillante su acción de corso, llegó a ser almirante y el gran impulsor de la Armada del Ecuador.

Esta tenaz decisión de O’Higgins por lograr el dominio del mar, en poco tiempo fue conocida hasta el Caribe, donde, entre algunos antecedentes históricos, podemos establecer que un marino francés llamado Louis Michel Aury también adquirió una patente de corso del gobierno de O’Higgins. Esta fue entregada por el clérigo chileno José Joaquín Cortés de Madariaga, quien en esa época vivía y participaba activamente en el proceso libertario de Venezuela.

Así fue como este corsario francés, en favor de “la causa” y con la supuesta autorización de O’Higgins, en julio de 1818 y con la bandera chilena y argentina en sus naves, desembarcó en la isla de San Andrés (hoy de Colombia), en pleno mar Caribe, estableciendo lo que por poco tiempo se conoció como la “República de los Estados Unidos de Buenos Aires y Chile”.

Todas estas acciones permitieron finalmente que el plan de San Martín se concretara en 1821, año en que lideró el Ejército Libertador con la bandera chilena de tres estrellas, desembarcando en Lima con una fuerza expedicionaria chileno-argentina que le daría la independencia al Perú.

Todos estos acontecimientos, sin entrar en intrigas y pasiones antojadizas o convenientes para vender un libro de verano, corresponden a la historia que escribieron nuestros antepasados. Ellos dejaron de lado los mezquinos intereses personales para coludirse, pero esta vez por una causa justa para la patria.

Christian Slater Escanilla

Coronel (R).

Magíster en Inteligencia y Planificación Estratégica.

Hoy, la batalla cultural ha ganado terreno sobre la historia de Chile, dejando en el olvido este estratégico acontecimiento que, gracias a San Martín, O’Higgins y el Ejército Libertador de los Andes, logró la independencia de Chile y posteriormente la del Perú. Así se borra la historia y, peor aún, nosotros mismos estamos contribuyendo a ello con nuestra indiferencia. Una vez más, es Argentina la que nos recuerda la importancia de este episodio en la historia del continente sudamericano, mientras que en Chile apenas se menciona.



Comentarios

Entradas más populares de este blog

EL INVERSOR PÚBLICO DE LA COMUNISTA MINISTRA DEL TRABAJO: UNA AMENAZA A LAS JUBILACIONES DE LAS FUERZAS ARMADAS.

LOS MISERABLES, COBARDES, CÍNICOS Y SINVERGÜENZAS POLITICOS DE SIEMPRE, ADEMÁS DE NO TRABAJAR POR EL BIEN COMÚN DE LOS CHILENOS, ABANDONAN A VENEZUELA.

¿CÓDIGO DEL HAMPA O DE JUSTICIA?