LA AGENDA 47.

PRENSA LOCAL: TRUMP, LA NUEVA ESTRATEGIA DE PODER GLOBAL. 

Trump y la "War of Influence": La nueva doctrina estratégica que está redefiniendo el Poder Global.

Desde su regreso a la Casa Blanca en enero de este año, Donald Trump ha dejado en claro que su estrategia global ya no pasa por la intervención militar directa, sino por el ejercicio del poder a través de la influencia en todas sus dimensiones: económica, diplomática y cultural.

No estamos ante una guerra convencional, ni siquiera ante una guerra híbrida en el sentido clásico. Estamos ante una "War of Influence", una doctrina estratégica que redefine la manera en que un Estado puede alcanzar sus objetivos sin recurrir a la coerción militar.

El mensaje de Trump al mundo es claro: las Fuerzas Armadas de Estados Unidos no están disponibles para guerras innecesarias. Su misión es proteger el territorio nacional y garantizar la seguridad interna, no actuar como el ejército de un orden global que ha beneficiado a muchos mientras debilitaba a Estados Unidos.

Sin embargo, la decisión de no iniciar conflictos militares no significa que Trump descarte por completo su uso. El mayor desafío de la "War of Influence" proviene de los actores no estatales –terroristas y organizaciones criminales– que intentarán forzar a Estados Unidos a responder con fuerza, buscando doblegar la estrategia de Trump a través del terror y la violencia.

A este escenario se suman las grandes organizaciones internacionales, muchas con sede en el propio Estados Unidos, que han construido estructuras burocráticas altamente rentables y que ven amenazado su futuro con la política de soberanía nacional que promueve Trump.

La "War of Influence" no solo enfrenta a Estados Unidos con potencias extranjeras, sino con un entramado de intereses globalistas que se resisten a perder su influencia.


La "War of Influence": Una Nueva Doctrina Estratégica.

¿Qué es la "War of Influence"?

Se trata de una guerra que se libra en los ámbitos económico, diplomático y cultural, donde la influencia se convierte en la principal herramienta de dominación y donde la victoria no se mide en territorios ocupados, sino en la capacidad de reestructurar el orden global sin intervención militar directa.

A diferencia de otras estrategias de poder blando, la "War of Influence" no busca consenso, sino imposición estratégica mediante sanciones, presiones económicas, reconfiguración de alianzas y control de flujos migratorios, tecnológicos y financieros.

Si la doctrina de la guerra híbrida combina operaciones militares con estrategias de desinformación y manipulación de narrativas, la "War of Influence" prescinde del uso de la fuerza como primera opción y prioriza el poder de la influencia directa sobre los Estados y organismos internacionales.

La administración Trump ha convertido esta doctrina en el eje central de su política exterior, con un objetivo claro: redefinir el equilibrio de poder global sin entrar en conflictos armados que drenen la economía y el prestigio estadounidense.

Sin embargo, la "War of Influence" tiene enemigos claros:

Los Estados que han prosperado bajo el modelo globalista, donde EE.UU. financiaba la estabilidad mundial a costa de su propia soberanía.

Las organizaciones internacionales que operan con estructuras burocráticas que dependen de fondos públicos estadounidenses.

Las redes de terrorismo y crimen organizado que no pueden ser controladas solo con sanciones y diplomacia.

La gran pregunta es cuánto tiempo podrá sostenerse esta guerra sin que los adversarios de EE.UU. provoquen una situación que obligue a Trump a recurrir a la coerción militar directa.

Estamos presenciando el nacimiento de una nueva forma de guerra. Una guerra donde las armas son la economía, la diplomacia y la cultura. Y donde la victoria no se mide en conquistas territoriales, sino en la restauración del poder global de Estados Unidos sin disparar una sola bala.

China: El Mayor Desafío de la "War of Influence"

Desde el primer día de su regreso a la presidencia, Trump ha retomado con fuerza la guerra comercial contra China, esta vez con una estrategia aún más agresiva.

Las medidas incluyen:

Sanciones más duras para empresas chinas que dependen del mercado estadounidense.

Restricciones tecnológicas para impedir que China avance en sectores clave como la inteligencia artificial y los semiconductores.

Incentivos para que las fábricas estadounidenses regresen al país, reduciendo la dependencia de la manufactura china.

El objetivo no es destruir la economía china, sino evitar que continúe expandiéndose a expensas de Estados Unidos y sus aliados.no 

China ha respondido con represalias económicas, pero Trump sabe que su ventaja es mayor. Estados Unidos sigue siendo el mercado de consumo más grande del mundo y Pekín no puede permitirse perder acceso a él.

Esta es la esencia de la "War of Influence":

No hay tropas en el terreno.

No hay bombardeos ni operaciones militares.

Pero hay sanciones, presiones económicas y maniobras diplomáticas que pueden ser más letales que una guerra convencional.

Trump está desmontando la dependencia global de China, mostrando al mundo cómo se lucha una guerra sin armas.


Europa y la OTAN: Fin de la Seguridad Gratuita.

Durante décadas, la seguridad de Europa ha dependido de la presencia militar de Estados Unidos. La OTAN ha funcionado bajo la premisa de que Washington garantizaría la estabilidad del continente, mientras muchos países europeos reducían sus presupuestos de defensa.

Trump, al parecer, está decidido a cambiar radicalmente esta dinámica. La nueva política de seguridad establece que Europa debe financiar su propia defensa.

Esta reconfiguración obligará a los líderes europeos a reconsiderar su dependencia de la OTAN y a desarrollar estrategias de defensa más autónomas. Estados Unidos ya no actuará como garante de seguridad si sus aliados no están dispuestos a asumir su parte del costo.


ONU y Globalismo: La Resistencia de la Burocracia Internacional.

Uno de los ejes centrales de la "War of Influence" es la confrontación con la burocracia globalista, representada principalmente por la ONU y otros organismos multilaterales que han acumulado poder sin responder ante ninguna ciudadanía.

Trump, sin lugar a dudas, ha comenzado a reducir drásticamente el financiamiento estadounidense a programas de la ONU que han demostrado ser ineficaces o que han sido utilizados como herramientas de presión política.

El problema no es solo la estructura de la ONU, sino la red de intereses que ha surgido a su alrededor. Existen miles de ONGs y grupos de presión que dependen de estos fondos y que han construido una industria de influencia política financiada con dinero público. Trump está desmantelando este sistema, lo que explica la resistencia interna y externa que enfrenta.


Conclusión: La Batalla apenas comienza.

La política exterior de Trump está redefiniendo la manera en que Estados Unidos ejerce su poder en el mundo. La "War of Influence" es un modelo que prioriza la economía, la diplomacia y la seguridad interna sobre la intervención militar tradicional.

Sin embargo, esta estrategia enfrenta desafíos reales. Los actores que dependen del antiguo orden global – ya sean organismos internacionales, redes criminales o grupos terroristas – harán todo lo posible por desestabilizarla.

El éxito de la administración Trump dependerá de su capacidad para neutralizar estas amenazas sin desviarse de su estrategia original. Por ahora, la guerra se está librando sin balas. La pregunta es cuánto tiempo podrá mantenerse así.

NOTA:

Quizás, para comprender mejor todo lo anterior, lo que sería muy prudente para que los analistas no se equivoquen, es conocer la "Agenda 47":

Las 20 Promesas Fundamentales de Donald Trump para hacer a Estados Unidos grande, nuevamente. 

1. Sellar la frontera y detener la invasión de migrantes.

2. Llevar a cabo la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos.

3. Poner fin a la inflación y hacer que el país sea asequible nuevamente.

4. Convertir a Estados Unidos en el productor de energía dominante a nivel mundial, y por mucho.

5. Detener la subcontratación y convertir a Estados Unidos en una superpotencia manufacturera.

6. Realizar grandes recortes de impuestos para los trabajadores y eliminar los impuestos sobre las propinas.

7. Defender la Constitución, la Carta de Derechos y las libertades fundamentales (libertad de expresión, libertad de religión y derecho a poseer y portar armas).

8. Prevenir la Tercera Guerra Mundial, restaurar la paz en Europa y en Oriente Medio, y construir un gran escudo de defensa antimisiles en todo el país, fabricado en Estados Unidos.

9. Poner fin a la politización del gobierno en contra de los ciudadanos.

10. Detener la ola de delincuencia vinculada a la migración, desmantelar a los cárteles de la droga extranjeros, aplastar la violencia de las pandillas y encarcelar a los delincuentes violentos.

11. Reconstruir las ciudades, incluida Washington D. C., para que vuelvan a ser seguras, limpias y hermosas.

12. Fortalecer y modernizar las fuerzas armadas, haciéndolas indiscutiblemente las más fuertes y poderosas del mundo.

13. Mantener al dólar estadounidense como la moneda de reserva mundial.

14. Proteger el Seguro Social y Medicare sin recortes, sin aumentar la edad de jubilación.

15. Cancelar la obligación de usar vehículos eléctricos y reducir las regulaciones costosas y onerosas.

16. Retirar los fondos federales a cualquier escuela que promueva la Teoría Crítica de la Raza, la ideología de género radical o cualquier contenido inapropiado de carácter racial, sexual o político dirigido a los niños.

17. Mantener a los hombres fuera de los deportes femeninos.

18. Deportar a los radicales pro-Hamás y asegurar que los campus universitarios sean lugares seguros y patrióticos de nuevo.

19. Proteger la integridad de las elecciones, garantizando la votación en un solo día, la identificación de los votantes, boletas en papel y la prueba de ciudadanía.

20. Unir al país llevándolo a niveles de éxito sin precedentes.

La Agenda 47 es el nombre que Donald Trump le da a su conjunto de propuestas y promesas de campaña para las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos. El número “47” se refiere a que, de ser reelegido, Trump se convertiría en el 47.º presidente (ya fue el 45.º). 


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