NO SÉ POR QUÉ, PERO TENGO LA SENSACIÓN DE QUE CHAHUÁN LE PUSO UNA LÁPIDA POLÍTICA A MATTHEI.
MATTHEI: Como se ha anticipado varias veces en este Blog, Evelyn Matthei continúa perdiendo terreno, y las razones son evidentes para cualquier observador atento: su falta de consecuencia, una carrera política extensa pero errática, y su capacidad para acomodar su discurso según la dirección del viento. Esto ha minado su credibilidad no solo frente al electorado más exigente, sino también dentro de su propio sector. A esto se suman sus tradicionales y polémicas intervenciones públicas, que más de una vez terminan eclipsando cualquier mensaje de fondo que intente transmitir. En resumen, su principal adversaria no está fuera, sino dentro: es ella misma.
Lo que parecía una sólida proclamación se ha transformado en un parche improvisado. Chile Vamos no refuerza a Matthei: la debilita con primarias artificiales, renuncias forzadas y candidatos de papel.
KAST: José Antonio Kast, por el contrario, ha demostrado ser un ejemplo de consecuencia política. Su discurso se mantiene firme y coherente en el tiempo, lo que en una época de oportunismo generalizado, se ha transformado en su principal capital político. Además, cuenta con un Partido Republicano consolidado, con presencia territorial real y bases movilizadas, algo que ni Chile Vamos ni otros sectores logran exhibir con igual solidez. Kast no solo lidera la "Nueva Derecha", sino que también proyecta la imagen de un liderazgo con visión de largo plazo y no condicionado por la corrección política.
KAISER: Johannes Kaiser ha sido, sin duda, una sorpresa política. Su irrupción capturó una demanda real de sectores que sentían huérfanos de representación. Sin embargo, tal como advertimos oportunamente en este Blog, su crecimiento tenía un techo natural, determinado por su perfil más confrontacional y su limitada estructura política de apoyo. Su proyección realista es alcanzar el Senado, donde puede hacer una diferencia importante desde la tribuna legislativa, pero no está en condiciones —por ahora— de disputar con éxito una presidencial. La madurez política sería que él mismo y su entorno trabajen para fortalecer la opción presidencial de Kast, comprendiendo que la unión estratégica es clave.
TOHÁ: Carolina Tohá se confirma como la carta incombustible del oficialismo. Su experiencia política, su manejo comunicacional y su capacidad de resistir las crisis internas del Gobierno la han mantenido en pie, mientras otras figuras se han ido quemando en el camino. Su perfil "progresista institucionalista" le permite capturar tanto al electorado duro del oficialismo como a sectores más moderados. De mantenerse esta tendencia, todo apunta a que la segunda vuelta presidencial será un duelo entre Kast y Tohá, representando dos visiones de país claramente opuestas.
UNA NOTA SOBRE CHAHUÁN: A este escenario ya tensionado se suma la curiosa intervención del senador Francisco Chahuán, quien, tras 35 años de militancia en RN, renuncia abruptamente para forzar una candidatura independiente en una primaria apresurada y deslegitimada de origen. Más que un acto de desprendimiento o visión de futuro, su maniobra parece el desesperado intento de un naufrago que, en lugar de encontrar un bote salvavidas, se abraza a un bloque de cemento.
Lejos de fortalecer a Matthei o alinear a su sector, la jugada de Chahuán expone aún más las grietas de Chile Vamos: un bloque que, incapaz de ordenar sus filas o de sostener el liderazgo que proclamaron, opta por fabricar una primaria exprés, con candidatos de papel y reglas forzadas. La imagen que proyectan no es de fuerza ni unidad, sino de confusión, improvisación y temor ante la consolidación de una alternativa real en la derecha.
En política, cuando la forma supera al fondo, lo que sigue no es el éxito: es la implosión.
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