ATAQUE A LAS FUERZAS ARMADAS Y DE ORDEN
"...les recuerdo que existe un "Nunca" Más". Justamente, nunca más una sociedad ausente que impulsó, arrastró y avaló la intervención de las Fuerzas Armadas y de Orden y después las traicionó..."
"...En aquella época se asesinó a un Comandante en Jefe del Ejército y a un Edecán del Presidente de la República..."
"... Peor, y más triste aún, cuando esos comentarios vienen de ex uniformados que, en la desesperación de sus temas exclusivamente personales, intentan enlodar a otros..."
Estimados Patriotas, una vez más les reitero mi posición frente a quienes, cada cierto tiempo, me envían videos, comentarios o programas de YouTube donde se atacan a las Fuerzas Armadas y de Orden y sus Comandantes en Jejes o General Director.
Lamento, que habiendo tanto que defender, como nuestras Fuerzas Armadas y de Orden, estemos dudando o creando un manto de desconfianzas sobre sus mandos. Peor, y más triste aún, cuando esos comentarios vienen de ex uniformados que, en la desesperación de sus temas exclusivamente personales, intentan enlodar a otros. Cuando así sucede, no entiendo ni comprendo cuál es el responsable, noble y leal objetivo que se busca, porque espero que todo uniformado –activo o en retiro– actúe siempre, anteponiendo la lealtad a la Institución que lo formó y que comprende, mejor que nadie, cuál es el camino Constitucional en el escenario político y estratégico, sobre el cual deben moverse, transitar y desplazarse sus Comandantes en Jefes y Directores. En lo particular jamás atacaré, por las Redes Sociales, a ningún Comandante en Jefe o Director de Carabineros por que fui formado en mi casa y en mi Ejército bajo los conceptos —entre otros– de honor y lealtad y bajo las virtudes cardinales de la fortaleza, la templanza, la justicia y la prudencia. Importante esta última virtud que nos recuerda la determinación racional del bien frente a cualquier situación o contingencia.
Salirse de estos básicos principios es fácil, lo difícil es practicarlos anteponiendo siempre el bien último a cuidar y proteger: la Institución que nos formó como militar, marino, aviador o carabinero. Jamás, anteponer la percepción personal, que normalmente carece de los suficientes antecedentes y llena de egocentrismos, individualismos e intereses o frustraciones personales.
Los uniformados en servicio activo y en retiro tenemos diferentes instancias y caminos reglamentarios, oficiales y protocolares para manifestar nuestra disconformidad sin buscar el aplauso fácil de un público enfermiso y ávido de intrigas, conspiraciones y traiciones. Algo propio de la vulgaridad de una serie de programas que hoy inundan la televisión y algunos medios de comunicación.
Cada uno de los que hoy visten o vistieron uniforme, cualquiera sea el grado, sabemos perfectamente cuáles son las reglas que debemos respetar, sobre todo, cuando más alto es el grado, sinónimo de mayor tiempo, experiencia y conocimiento. De no estar de acuerdo con alguna situación el camino no es otro que, por el conducto regular que corresponda, dar cuenta o solicitar aclaraciones o reparaciones. Cualquier otra actitud es asemejarnos a un mercenario sin ley ni Dios y creer que las instituciones Armadas de Chile, son un sindicato, burdel o la pandilla de algún revolucionario. Por el contrario son instituciones apolíticas, jeraquizadas, obedientes y con una estricta disciplina donde la obediencia, la lealtad, el honor y el conducto regular, es lo más básico e importante en su formación.
Para aquellos integrantes de la sociedad que se niegan a cumplir con sus deberes cívicos, pero sin embargo quieren que sean los militares los que hagan la tarea y corrijan sus ineptitudes y falta de compromiso, les recuerdo que existe un "Nunca Más". Justamente, nunca más una sociedad ausente que impulsó, arrastró y avaló la intervención de las Fuerzas Armadas y de Orden y después las traicionó.
Otros se quejan, asegurando que este Gobierno es peor que el de la Unidad Popular, lo que demuestra su total ignorancia y conocimiento de la historia. Obvios y miserables comentarios para justificar una nueva intervención militar.
No se dejen engañar por aquellos innombrables. Hasta ahora, jamás ha existido un gobierno tan desgraciado y deleznable como el de Salvador Allende con su Unidad Popular y Revolución con sabor a empanada y vino tinto. Un período de nuestra historia, muy distinto al que vivimos ahora y totalmente incomparable. En aquella época se asesinó a un Comandante en Jefe del Ejército y a un Edecán del Presidente de la República y con la posterior llegada de Allende a La Moneda, junto con los indultos a asesinos y terroristas, comenzó a funcionar el mercado negro y el racionamiento de alimentos controlado por el Estado, surgieron grupos paramilitares equipados con armas ingresadas clandestinamente y oficialmente a través de la Embajada de Cuba, se organizaron cordones industriales de resistencia, se tomaron por la fuerza industrias, predios y fundos, se clausuraron y sancionaron Medios de Comunicación, la seguridad del Presidente la asumió un grupo armado que se llamó el GAP, más de 12 militares, generales y Comandantes en Jefes asumieron cargos políticos como ministros designados por el propio Allende, donde el Comandante en Jefe del Ejército llegó a ser Vicepresidente de Chile. El país se paralizó con diferentes huelgas y marchas, se formaron escuelas de guerrillas, se desautorizó a Carabineros de Chile para investigar y detener terroristas, se cometieron casi dos mil violaciones a los derechos humanos y la cámara de diputados, el poder judicial y la contraloría declararon al Presidente Allende fuera de la Constitución. También tuvimos a Fidel Castro por casi 30 días recorriendo Chile para controlar los grupos armados de la Revolución y el nivel inflación superó el 600%. El presidente Allende, convertido ya en un dictador comunista, viajó a la Unión Soviética para pedir armas y apoyo a su totalitario proyecto y así, cientos de otras situaciones que no tienen ninguna semejanza con el Chile actual, pero que algunos, desde su cobardía, maldad o ignorancia nos quieren hacer creer en una similitud de acontecimientos, que no son ciertos.
El actual Gobierno del Presidente Boric es un desastre, pero aún las Instituciones funcionan, la Constitución y las leyes se respetan. No hay racionamiento ni escases de alimentos y la sociedad, pese al aumento descontrolado del crimen y el terrorismo, sigue realizando, aunque con mayor temor e incertidumbres, todas sus actividades.
Por lo mismo, es muy distinto lo que ocurre hoy en un Chile con historia republicana con instituciones que han madurado y se han fortalecido, pero lamentablemente una gran parte de la sociedad sigue creyendo que los temas politicos se deben solucionar como en el pasado. Son aquellos que no votan, lo anulan o se excusan, pero nada aportan y validan la violencia y el enfrentamiento. Una cobarde y antojadiza idea que demuestra su irresponsabilidad cívica y el total desconocimiento sobre el valor individual de cada voto. Un voto que es más poderoso que un tanque, un buque de guerra o un avión de combate. Un voto que cuenta con todo el respaldo y apoyo de la ley y la Constitución y no el circunstancial y trágico empleo de las Fuerzas Armadas y de Orden que, en cada oportunidad, cumplirán con su misión de la única forma que lo saben hacer y conforme al entrenamiento recibido: la neutralización, captura, destrucción y/o aniquilamiento del adversario. Un capítulo de nuestra historia, propio de aquella época y que fue el resultado de la acción del peor Presidente y Gobierno de Chile, hasta ahora conocido.
Dios quiera que nunca jamás un Gobierno nos lleve a instancias similares de desencuentro, terrorismo, criminalidad y desgobierno, y que, de ocurrir, la sociedad sea capaz de cambiar –con su poderoso voto– el destino de Chile.
Por todo lo anterior, no avalaré, no difundiré ni aceptaré que en mis espacios de las Redes Sociales se difundan o comenten cobardes, inadecuados e inaceptables ataques hacia quienes no pueden defenderse públicamente y que además merecen todo mi respeto y lealtad.
Si alguna vez, me siento tentado a cometer un acto que traicione mi formación militar, solo llegaré hasta ahí y buscaré la forma de hacer presente, a quien corresponda, mis aprensiones personales. Esto no se trata de defensas corporativas ni de mal entender el concepto de lealtad. Se trata, como en toda buena y decente familia, que las ovejas negras –internamente– sean juzgadas por quienes corresponda y no de difundir, a los cuatro vientos nuestras negativas opiniones personales, las cuales nada aportan y nada cambian, solo ayudan a dividir a los más débiles, a sumar nuevos ignorantes y a ensuciar el prestigio de cada institución que, sabiamente, han sobrevivido al paso de la historia como organizaciones permanentes de la República, teniendo hasta ahora, la mayor y más alta aceptación y respaldo de la sociedad.
¡¡Excelente!! Cómo siempre, justo y claro, no al odio que divide, ese no es el camino, la ruta será buscar el equilibrio y no avivar la hoguera, mis respetos para usted señor Slater
ResponderBorrarGracias Marion.
BorrarExtraordinario don Cristián, que ganas que usted fuera el comandante en jefe, ahora!
ResponderBorrarSaludos
Tenemos uno muy bueno, más preparado, más joven y mucho mejor. Todo el apoyo para él.
BorrarEncantado de intentar aclararlo, pese a que ya detallé los motivos por lo cual yo estimo que no se pueden comparar ambos gobiernos. Uno fue un desastre y el actual también, pero hasta ahora, en lo personal, no podría afirmar ni tengo datos para asegurar que este Gobierno es peor que el de la Unidad Popular. No lo puedo hacer porque simplemente no hay antecedentes tan graves como los del 70 al 73. Hay otros distintos, diferentes y graves también, pero nada parecido a lo que ocurrió con Allende.
ResponderBorrarEn beneficio de los aportes, le sugiero que usted me indique cuáles son más graves y peores que el asesinato de un Comandante en Jefe, el asesinato de un Edecab, la internación de armas, los 11 ministros militares, un Vece Presidente, Comandante en Jefe del Ejército, el racionamiento, las JAP, la creación de una guardia armada de civiles para el Presidente, etc. En resúmen lo que ya detalle.