MIENTRAS ISRAEL NO SE SIENTE A CONVERSAR CON HAMAS Y HEZBOLÁ, NADA CAMBIARÁ EN GAZA..

El conflicto entre Israel y los grupos Hamas y Hezbolá presenta algunas similitudes con otros conflictos asimétricos en diferentes partes del mundo, donde actores no estatales ejercen un control significativo y desafían a los Estados en formas que van más allá de la confrontación militar tradicional. Un ejemplo claro de esto es la situación en la Macro Zona Sur de Chile, donde la violencia y la presencia de bandas criminales y narcoterroristas han escalado hasta el punto de requerir la intervención militar y la declaración de estados de excepción.

Al igual que en el caso de Colombia con las FARC, donde fue necesario negociar con los líderes insurgentes como Rodrigo Londoño e Iván Márquez para alcanzar un acuerdo de paz, en Gaza y el sur del Líbano, países como Catar y Egipto han reconocido la necesidad de interactuar con los líderes de Hamas y Hezbolá, como Yahya Sinwar y Hassan Nasrallah, para mediar en el conflicto. 

Este tipo de reconocimiento refleja la realidad de que estos conflictos no son guerras entre Estados, sino enfrentamientos asimétricos donde los actores no estatales tienen un control considerable y apoyo externo, pero operan de manera independiente. Nos guste o no, es una alternativa que Israel y Estados Unidos, su poderoso socio bélico, debieran considerar para evitar el eterno derramamiento de sangre de este conflicto. Quizás, en vez de seguir "caldeando" esa zona con más y más tropas y armamento, la aplicación de un adecuado y adaptado "Plan Marshall" (*) para Gaza podría ofrecer una hoja de ruta para la reconstrucción y la estabilización. 

Es cierto, su éxito dependería de varios factores críticos, incluidos la seguridad, la cooperación internacional, y la disposición de los actores en conflicto a permitir que dicho plan se implemente. 

Es una propuesta que podría aportar mucho si se gestiona adecuadamente, pero que también enfrenta desafíos significativos que requerirían soluciones innovadoras y un compromiso serio de todas las partes involucradas.

En Chile, la Macro Zona Sur ha visto una escalada de violencia que no se había experimentado antes, hasta el punto de que el gobierno ha tenido que decretar estados de excepción por alteración del orden público y movilizar tropas desde diferentes regiones y ramas de las Fuerzas Armadas. La presencia continua de generales y almirantes al mando de estas tropas indica que la situación ha alcanzado un nivel de gravedad que, si no se enfrenta a tiempo, podría transformar esa región en un conflicto prolongado con fluctuaciones en su intensidad.

Este patrón de conflictos asimétricos subraya la dificultad de resolver estas situaciones mediante la fuerza militar sola. Es esencial entender que estos no son conflictos bélicos en el sentido tradicional, donde la intervención militar es la solución principal. En cambio, el actor militar es solo uno entre muchos otros actores del Estado que deben estar presentes para resolver el conflicto de manera efectiva. Esto incluye la necesidad de una estrategia integral que abarque no solo la seguridad, sino también el desarrollo económico, la justicia social y la provisión de servicios públicos, asegurando que el Estado llegue efectivamente a las regiones afectadas con todo su apoyo y recursos. Ignorar la raíz histórica y compleja de estos conflictos solo puede llevar a una escalada continua de la violencia, como lo demuestran los ejemplos de Israel, Colombia, y ahora, potencialmente, Chile.

(*) NOTA:

¿Qué era el Plan Marshall?

El Plan Marshall, oficialmente conocido como el "Programa de Recuperación Europea," fue una iniciativa de los Estados Unidos, lanzada en 1948, para proporcionar ayuda económica a los países de Europa Occidental que habían sido devastados por la Segunda Guerra Mundial. El plan fue propuesto por el Secretario de Estado de EE. UU., George C. Marshall, de quien toma su nombre.

Objetivos del Plan Marshall:

Los objetivos principales del Plan Marshall, tal como fueron plasmados en los documentos oficiales, eran:

1. Reactivar las economías europeas:

Proveer asistencia económica para la reconstrucción de infraestructuras, la revitalización de industrias y la estabilización de las economías europeas. Esto implicaba la entrega de recursos financieros, suministros, y apoyo técnico.

2. Fomentar la cooperación europea: 

El Plan incentivaba la cooperación entre los países europeos para que trabajaran juntos en su recuperación económica. Esto sentó las bases para lo que eventualmente se convertiría en la integración europea, con la creación de instituciones como la Organización para la Cooperación Económica Europea (OECE).

3. Promover la estabilidad política y social:

Al mejorar las condiciones económicas, se buscaba reducir el malestar social y político, fomentando la estabilidad en la región y contribuyendo a la consolidación de democracias fuertes.

¿Se cumplieron estos objetivos?

Recuperación económica: El Plan Marshall fue un éxito en términos de revitalizar las economías de Europa Occidental. Entre 1948 y 1952, se entregaron aproximadamente 13 mil millones de dólares (equivalentes a más de 100 mil millones en la actualidad), lo que ayudó a reconstruir infraestructuras y a aumentar la producción industrial en los países beneficiados.

Cooperación europea: El Plan fomentó una mayor cooperación entre los países europeos, lo que eventualmente condujo a la creación de la Comunidad Económica Europea (CEE) y otras instituciones que fueron precursoras de la Unión Europea.

Estabilidad política: El crecimiento económico y la reconstrucción ayudaron a reducir la agitación política y social en Europa Occidental, contribuyendo a la estabilidad y al fortalecimiento de las democracias en la región.ConclusiónEl Plan Marshall es generalmente considerado un éxito en alcanzar los objetivos que fueron formalmente establecidos. Proporcionó la ayuda necesaria para que Europa Occidental se recuperara de la devastación de la guerra, promovió la cooperación entre naciones y contribuyó a la estabilidad política y social en la región.