LOS SENDEROS DEL PODER:
Gobierno en crisis y la PDI en la mira: La responsabilidad política detrás de los escándalos.
En el contexto actual, la política en Chile enfrenta una crisis de responsabilidad y ética. Los escándalos que rodean al gobierno de Gabriel Boric y su entorno muestran una serie de irregularidades y la aparente falta de consecuencias para los responsables. Al mismo tiempo, en comparación con otros países como Inglaterra, donde el primer ministro renunció por una falta considerada menor durante la pandemia, en Chile parece haber una tolerancia excesiva hacia los errores graves de las autoridades. Esta permisividad pone en entredicho la capacidad del sistema político para mantener estándares de integridad en su gestión.
Todos los Senderos Conducen a Boric:
En un país donde la percepción de impunidad aumenta, todas las señales parecen apuntar hacia el mismo nombre: Gabriel Boric. Bajo su administración, figuras clave han estado involucradas en escándalos de corrupción y tráfico de influencias que han erosionado la confianza pública. Este desgaste en la imagen institucional también tiene un impacto negativo en otras entidades, como el Poder Judicial y el Poder Legislativo, que arrastran consigo malas prácticas y parecen cada vez más alejadas de su objetivo de proteger el bien común.
Caso Convenios: Personajes Clave y Escándalos Asociados:
Uno de los mayores ejemplos de esta falta de integridad lo constituye el caso Convenios, en el cual varios cercanos a Boric se han visto envueltos en asignación de fondos cuestionables. Desde Miguel Crispi, con los millonarios convenios en la Subsecretaría de Desarrollo Regional, hasta Giorgio Jackson, antiguo ministro de Desarrollo Social, todos ellos han sido parte del círculo íntimo del presidente. Estas conexiones han planteado dudas sobre el nivel de influencia que el gobierno podría estar utilizando para favorecer a ciertas fundaciones y proyectos, en una aparente colusión que busca beneficiar al Frente Amplio y a su círculo de confianza.
Trama de Relaciones Políticas y Conflictos de Interés:
Más allá de los personajes individuales, lo que parece revelarse en estos casos es una red bien estructurada de influencias y amiguismo, en donde altos funcionarios han priorizado intereses personales y partidistas sobre la transparencia y el buen uso de los recursos públicos. Este tipo de prácticas es una muestra clara de cómo el sistema político en Chile ha olvidado el objetivo del bien común y ha renunciado a adoptar estándares éticos que guíen su conducta, sumándose a los problemas de un Poder Judicial y Legislativo que parecen igualmente contaminados.
Caso Manuel Monsalve: Responsabilidades y Desviación de Culpas:
La reciente renuncia del exsubsecretario de Seguridad, Manuel Monsalve, destaca cómo el sistema político continúa sacrificando figuras para evitar que las investigaciones apunten hacia los verdaderos responsables. Es un patrón constante en donde, para proteger la imagen del presidente y de las altas esferas, se desvía la culpa a funcionarios menores. La responsabilidad se diluye, y el objetivo de justicia y transparencia queda desvanecido.
La PDI. Integridad amenazada por obedecer al Poder Político:
La situación actual de la Policía de Investigaciones (PDI) es uno de los ejemplos más claros del impacto negativo de la influencia política en una institución de alta aprobación ciudadana. La PDI, por su rol de obediencia hacia el poder político, ha visto cómo algunos de sus funcionarios, al seguir órdenes, han terminado involucrados en situaciones fuera de la ley. Este cuestionamiento público a una institución que tradicionalmente ha sido respetada y valorada en Chile pone de relieve los riesgos que enfrenta cuando sus miembros se ven comprometidos en obedecer a una clase política desprestigiada y desprovista de estándares éticos y morales sólidos.
La lección de la Obediencia Reflexiva: El Legado del General Cheyre:
En este contexto, es útil mirar el ejemplo del Ejército de Chile, que, bajo el mando del General Juan Emilio Cheyre, estableció principios que transformaron su ética institucional y su compromiso con el país. Cheyre, quien lideró al Ejército en un periodo de transición y modernización, impulsó lo que hoy se conoce como “obediencia debida o reflexiva.” Este concepto no solo permite, sino que exige a los miembros de las Fuerzas Armadas y de Orden cuestionar y rechazar órdenes que contravengan las leyes o los reglamentos internos.
El legado de Cheyre, aunque formulado específicamente para el Ejército, es un claro ejemplo de cómo la obediencia reflexiva puede servir de guía para otras instituciones de la defensa. Este enfoque protege a los funcionarios de responsabilidades legales indebidas y refuerza la ética y la transparencia, garantizando que la disciplina no comprometa la integridad moral de quienes deben cumplir con su deber. En el caso de la PDI, este principio podría ser una reflexión valiosa para evitar que se repitan situaciones de obediencia ciega ante órdenes que pueden estar al margen de la legalidad.
Adaptación de las Fuerzas Armadas vs. la degradación de la política:
En contraste, las instituciones de la defensa se han preparado para enfrentar los desafíos de cada época. La adaptabilidad ha sido su mayor fortaleza; de no haber sido así, hoy Chile podría tener unas Fuerzas Armadas al estilo de Pancho Villa o al servicio de una agenda de gobierno que se centra más en dividir y relativizar los valores patrios. En cambio, las Fuerzas Armadas y de Orden chilenas continúan siendo sinónimo de orden y disciplina, mientras que la política se ha convertido en un refugio para quienes desconocen esos principios, incluso combatiéndolos como parte de lo que denominan “revolución cultural.”
Conclusión: Llamado a la Vigilancia Ciudadana y a la Preservación de los Valores Institucionales
Frente a esta crisis de responsabilidad y valores en la política chilena, es fundamental que la ciudadanía asuma un rol activo de vigilancia. La preservación de los valores y principios que han caracterizado a las Fuerzas Armadas y de Orden —disciplina, ética, lealtad y respeto a la nación— debe ser una exigencia constante hacia quienes gobiernan. Estos valores representan el compromiso de estas instituciones con el bien común y la protección de Chile, en contraste con la falta de ética y transparencia en el sistema político actual.
Comentarios
Publicar un comentario