LA BATALLA POLÍTICA DEL 2025.
Sin unidad, no habrá victoria para la derecha en 2025.
Por Patriotas por Chile
Los resultados de la segunda vuelta de las elecciones de gobernadores en Chile dejan una lección amarga para la derecha en general, y para el Partido Republicano en particular: sin unidad jamás lograremos derrotar el revolucionario y empobrecedor proyecto progresista de la izquierda. Este no es solo un llamado a la autocrítica, sino una advertencia sobre cómo la verdadera fortaleza de la izquierda radica en nuestra incapacidad para unirnos. Mientras sigamos fragmentados y concentrados en luchas internas, el progresismo continuará avanzando, empobreciendo al país con sus políticas ideológicas.
Es evidente que el Partido Republicano enfrenta un desafío estructural. Si bien ha logrado consolidarse como una fuerza joven con bases ideológicas claras, los resultados recientes muestran que no consigue sumar los apoyos necesarios en escenarios de segunda vuelta. La derrota en regiones clave como Los Lagos y O’Higgins no solo debilita el proyecto presidencial de José Antonio Kast, sino que también pone en duda la capacidad de la derecha para consolidar un liderazgo único capaz de competir efectivamente contra el oficialismo.
La historia reciente nos ha dejado advertencias claras. En 2021, durante la segunda vuelta presidencial, José Antonio Kast no logró unir a la derecha, lo que facilitó el triunfo de un proyecto progresista que desde entonces ha demostrado ser un fracaso. Y sin embargo, las lecciones de esa elección parecen no haber sido aprendidas.
Esto no significa que todo esté perdido. El Partido Republicano tiene un potencial innegable: ha crecido rápidamente y cuenta con una representación cada vez más amplia en concejales y consejeros regionales. Existe un electorado que busca alternativas firmes dentro de la derecha, pero ese apoyo se diluye cuando las candidaturas no logran trascender el núcleo duro. El desafío está en seleccionar perfiles de candidatos capaces de construir puentes hacia sectores más amplios del electorado.
Sin embargo, lo más preocupante es la desunión. La izquierda, con todos sus defectos, ha sabido mantenerse unida, lo que le permite imponerse en las urnas. La derecha, en cambio, se desgasta en pugnas internas. La posibilidad de realizar primarias separadas entre Chile Vamos y el Partido Republicano no solo es un error estratégico, sino también un acto de irresponsabilidad política. Si no entendemos que la desunión es nuestra mayor debilidad, estaremos condenados a ser espectadores pasivos del progresivo deterioro de Chile bajo el proyecto revolucionario de la izquierda.
El momento exige madurez política. No se trata de renunciar a nuestras ideas ni de ceder en principios, pero sí de reconocer que el enemigo común es mucho más poderoso cuando nos encuentra divididos. Es hora de priorizar la unidad por sobre las diferencias, de construir una oposición sólida y cohesionada que pueda ofrecer una alternativa real al país.
La batalla política de diciembre de 2025 será decisiva. Para ganarla, debemos poner a Chile primero. El futuro de cada partido puede ser debatido después, con tranquilidad y en un ambiente de mayor estabilidad. Pero ahora, la prioridad debe ser unir esfuerzos para detener el avance de un proyecto que está empobreciendo a la nación.
Chile Vamos, Republicanos y Social Cristianos tienen mucho que decir y, sobre todo, mucho que hacer. Sus líderes deben encerrarse a conversar y construir una estrategia común. Esto no es un favor; es una exigencia ciudadana de quienes creemos que Chile merece algo mejor.
Sin unidad, no habrá victoria. Y sin victoria, seguiremos siendo cómplices pasivos de la ruina de Chile.
Muy cierto, quien se yerge como candidata, lamentablemente no tiene el carisma para cohesionar a todos. El posible candidato Kaiser, tiene más atractivo que la tibieza de Matthei
ResponderBorrarTotalmente de acuerdo. JAK perdió su oportunidad. No es el.momento de caudillismo aunque lo prefiero a la Mathei.
ResponderBorrarSiii, vivan los Republicanos y Kast....los mismos que antes de la elección del Consejo Constitucional decían que no se cambiaba nada de la Constitución del 80, que el aborto es un crimen, no a la paridad de género. Despues que obtuvieron la mayoria del Consejo la saliva gastada en convencer a muchos se seco en el conteo de votos...y obnubilados por su pasajera victoria, es decir con un estado de conciencia alterado, caracterizado por una disminución de la claridad en la percepción y la comprensión del entorno...y creyéndose los reyes de la selva democratica y depositarios del favor de pueblo de Chile y aun embobados en los vapores de la celebración, estuvieron por una democracia paritaria, Un estado plurinacional e intercultural, Un estado social y democrático de derecho....y para que hablar de derechos reproductivos y migración.
ResponderBorrarSiii, que viva la lealtad!!
OK., pero cuál es du aporte. El diagnóstico puede ser diferente para unos y para otros, sucede en la política, tanto como en la medicina, en la mecánica, en la justicia, etc.
ResponderBorrarEn este caso yo propongo UNIDAD de la "nueva y antigua" derecha. ¿Cuál es su propuesta?