LA FALTA DE UNIDAD, LA INCOMBUSTIBLE TOHÁ Y EL RIESGO DEL MAL MENOR.

Sábado, 7 de marzo de 2025:



Viernes, 6 de marzo de 2025:


La Unidad que nunca fue y el riesgo del mal menor.

El escenario está claro. La derecha, en vez de presentar una fuerza unificada desde el inicio, decidió ir dividida. Lo que muchos patriotas queríamos no se logró. No se trata de culpar a nadie, porque cada candidato tiene derecho a jugar su propia carta, pero tanto Republicanos con Kast como Kaiser con su nuevo partido optaron por caminos separados, fragmentando aún más un electorado que, en teoría, debería estar alineado en un objetivo común. Mientras tanto, la izquierda sigue reorganizándose, pero aún falta ver qué tan unidos realmente llegan a la primera vuelta.

En la derecha, la historia es distinta. Matthei ha liderado cómodamente, pero sin un impulso real. No comete errores ahora, pero en el pasado cometió varios, que el mundo militar no le ha perdonado y que esta vez sí se lo harán saber. Su candidatura parece depender más del rechazo a Boric y la izquierda que de una verdadera propuesta transformadora. Además, no hay que olvidar los cuestionamientos a los políticos que la rodean, figuras que lejos de aportar al éxito, generan dudas dentro del propio sector. Kast, por otro lado, se mantiene firme, subiendo levemente, pero aún sin la consolidación que le permita desplazar a Matthei. Y Kaiser, con su partido ya inscrito, podría convertirse en el factor sorpresa, robándole votos a Kast y empujándolo aún más a una disputa interna en la derecha.

El problema es evidente: si la derecha sigue así, sin unidad real, la segunda vuelta podría darnos un déjà vu. Nos guste o no, podríamos terminar votando nuevamente por el mal menor: Matthei. ¿Y por qué? Porque si ella gana la primera vuelta, la disciplina Republicana obligará a cerrar filas en torno a su candidatura, aunque muchos patriotas no se sientan representados por ella.

La única forma de evitar este escenario es lograr que Kast o Kaiser sea la alternativa en segunda vuelta. Y con las cosas como están, eso solo se sabrá cuando los votos hablen. Hasta entonces, el desafío es fortalecer al candidato patriota mejor posicionado, para que llegue con una opción real de disputar la presidencia y evitar que el "mal menor" se imponga por descarte.

¿Qué dirán las encuestas este domingo?

Si las tendencias se mantienen, Tohá subirá considerablemente, impulsada por el respaldo del PS y la ausencia de Bachelet en la contienda. Matthei podría experimentar una leve baja, producto del crecimiento de Tohá, de la falta de entusiasmo dentro de su propio sector y de los cuestionamientos que pesan sobre ella y su círculo político. Kast probablemente suba ligeramente, aunque sin grandes sorpresas, reforzado por su postura en defensa de las FF.AA. y Carabineros. Kaiser, con su partido ya oficializado, podría crecer más de lo esperado, restándole votos tanto a Kast como a Matthei.

En resumen:

Tohá sube fuerte.

Matthei baja levemente.

Kast sube ligeramente.

Kaiser podría sorprender con una alza moderada.

Así como está la situación hoy, no sería raro que la segunda vuelta termine siendo entre dos mujeres en vez de dos hombres de la oposición. Irónico, considerando que la derecha tiene dos candidatos fuertes, pero prefiere dividirse en lugar de unirse para asegurar un triunfo patriota. Parece que, en política, la falta de estrategia pesa más que la falta de votos.

El llamado a la unidad no es una crítica destructiva, sino una advertencia constructiva. No buscamos eliminar opciones legítimas ni menospreciar a quienes piensan distinto, sino entender que la división siempre ha sido la mejor herramienta de la izquierda para seguir gobernando. Si los patriotas no aprenden de la historia, la repetirán. Y entonces, en diciembre de 2025, la pregunta no será por qué ganó la izquierda radical, sino por qué la derecha nunca entendió que la unidad no se decreta en segunda vuelta, sino que se construye desde el inicio.

El tiempo corre. Las encuestas del domingo mostrarán la tendencia. Pero la verdadera pregunta es: ¿La derecha aprenderá antes de que sea tarde?




¿Kast y Kaiser unidos o condenados a repetir la historia?

Los Patriotas nos enfrentamos nuevamente a una disyuntiva que ya vivimos en el pasado: elegir entre dos candidatos que representan lo que queremos para Chile o, peor aún, dividirnos y terminar votando por el "menos malo", como lo hicimos con Piñera.

José Antonio Kast y Johannes Kaiser han demostrado ser líderes sólidos dentro de la verdadera derecha. Kast tiene la experiencia, la estructura y un partido político consolidado, mientras que Kaiser, con un crecimiento meteórico, ha logrado inscribir su partido en tiempo récord y suma cada día más apoyo en las encuestas. Según la encuesta Panel Ciudadano de la UDD, Evelyn Matthei lidera las preferencias en segunda vuelta, mientras que Michelle Bachelet empata técnicamente con Kast y Kaiser. Esto indica que, si la derecha no se une, podríamos enfrentar nuevamente un escenario donde la izquierda retome el poder.

Además, según un análisis de Libertad y Desarrollo, Kaiser ha logrado posicionarse a la derecha de Kast, capturando a un electorado que busca propuestas más radicales y confrontacionales. Esta competencia interna no solo divide al electorado Patriota, sino que también debilita la posición de la verdadera derecha frente a candidatos como Matthei, quien, con el respaldo de la UDI y RN, podría capitalizar esta fragmentación.

Por otro lado, en la discusión sobre las listas parlamentarias, el Partido Republicano ha decidido competir contra Chile Vamos, pero a la vez se abre la posibilidad de un pacto con los libertarios y los socialcristianos. Esto plantea una gran contradicción: si la unidad es necesaria para el Congreso, ¿por qué no se aplica la misma lógica para la elección presidencial? Dividirse en la presidencial mientras se buscan alianzas en el Congreso solo demuestra falta de estrategia y pone en riesgo el futuro de la verdadera derecha.

La estrategia en la que parecen estar pensando es riesgosa: competir por separado en primera vuelta y luego, en segunda vuelta, el perdedor apoyar al ganador. ¿El problema? Esto supone que todos los votantes del perdedor efectivamente respaldarán al otro candidato, cuando en realidad existe un gran riesgo de dispersión del voto o, peor aún, del voto nulo. La historia reciente nos enseña que en política los egos pesan tanto como las estrategias, y no hay garantías de que la unidad se mantenga después de una campaña en la que ambos competirán por liderar la misma causa.

Si los Patriotas queremos un verdadero cambio en Chile, necesitamos un acuerdo político real antes de la inscripción de candidaturas. Si Kast y Kaiser no llegan a un consenso y van por separado, el daño puede ser irreversible. La dispersión del voto podría dejarnos fuera de la segunda vuelta o desgastar tanto a ambos candidatos que se haga imposible remontar en la etapa final.

El voto Patriota aún no tiene un candidato. Solo dos figuras que representan lo que queremos para Chile. Y si ambos creen en el Bien Superior, en el destino del país por sobre sus aspiraciones personales, deben conversar y resolver una candidatura única.

Aún queda mucha agua por correr bajo el puente, pero si no se toman decisiones estratégicas ahora, en el futuro solo nos quedará lamentarnos y repetir los errores del pasado.

En este contexto, cabe recordar la importancia del Ateísmo Político Patriota, una postura que rechaza la lealtad ciega a partidos o figuras, priorizando los principios sobre los intereses personales. No se trata de renegar de la política, sino de exigir coherencia y compromiso con los valores que realmente representan a los Patriotas. Para profundizar en esta visión, puedes leer más en el siguiente ensayo sobre lo que he identificado como "Ateísmo Político Patriota". 👈 (Pincha sobre las letras azules).

Tú puedes cambiar Chile. ¡Elige bien!

Comentarios

  1. En mi opinión Kast debe ser el candidato y no ceder ante Kaiser. El proyecto político de Republicanos nace en buscar el bien de Chile, por más que yo tenga diferencias con ellos en temas de largo plazo, mientras el PNL nace desde la idea de sepultar a Republicanos y causar daño al sector, incluso siendo capaces de votar con la izquierda en una instancia de democracia directa como lo fue el 17/12/2023. Kast era el candidato del sector desde un principio, mientras Kaiser solo apareció en la carrera presidencial para quitarle su lugar a Kast y copiando sus ideas y propuestas.
    Por otro lado, el concepto "Nacional Libertario" es un oxímoron ideológico. El nacionalismo plantea que la soberanía reside en la nación mientras el libertarismo plantea que reside en el individuo. Tratar de mezclar dos doctrinas filosóficas absolutamente opuestas (que pueden coincidir en tener al progresismo como enemigo común pero las metas de largo plazo son radicalmente distintas) como lo hace Kaiser demuestra su más absoluta ignorancia en temas filosóficos, lo que me enciende alarmas ya que por definición la política es filosofía aplicada. La declaración de principios del PNL es absolutamente opuesta a lo planteado en la literatura de los padres del libertarismo, partiendo por Murray Rothbard y Robert Nozick. Por eso y más yo estoy con Kast y no con Kaiser.

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  2. Siento discrepar con ambos .

    La Evelyn es nuestro Aylwin.

    Primero hay que ganar las elecciones, tener muñeca y experiencia para negociar mucho.

    No estamos para gustitos maximlistas.

    Que Kaiser sea ministro, aprenda y se prepare para la próxima.

    Kast no será nunca presidente. Se equivoca en meter la religión en las elecciones y ya demostró que no es capaz ni de controlar a sus huestes para la Constitución 2.... Cueca cuec

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