SE ACABÓ EL LLORIQUEO: ¡AHORA A TRABAJAR!

Ahora a trabajar por quien esta liderando la derecha, no por quienes pretenden liderar la política.

El nuevo Kiotazo de Evelyn Matthei.

Cuando la desesperación se disfraza de querella, la unidad se vuelve imposible.

Señor Director:

La reciente decisión de Evelyn Matthei de presentar una querella por “campaña sucia” contra el entorno del Partido Republicano, apuntando directamente a José Antonio Kast, es mucho más que una reacción exagerada. Es su nuevo Kiotazo. Otro momento torpe, innecesario, y —como el primero— probablemente irreparable.

Ha cruzado su propio Rubicón. No hay vuelta atrás.

No estamos ante una jugada estratégica, sino ante una medida desesperada, motivada por el temor que provocan las encuestas, su caída sostenida y el ascenso de un liderazgo que ha sido firme, coherente y sereno. En vez de revisar sus errores o conectar con un electorado que se aleja, prefiere victimizarse. Y para ello, necesita enemigos. No los busca al frente, sino a su lado.

Como lo advertimos hace meses en mi blog: Matthei no era la candidata adecuada. No por falta de preparación, sino por su historial de contradicciones, su temperamento desbordado y su costumbre de enturbiar el ambiente político justo cuando más se requiere unidad y claridad.

Kast ha evitado el conflicto. Ha sellado acuerdos por omisión, ha mantenido un tono respetuoso y ha demostrado la templanza de un verdadero líder. Sin embargo, recibe ataques de quien dice compartir un mismo sector político. La paradoja es brutal: la derecha que debiera colaborar para vencer a la izquierda, se autodestruye en la antesala del combate.

Matthei actúa como si no estuviera perdiendo apoyos, sino librando una cruzada moral contra una supuesta conspiración. Pero nadie le ha hecho más daño a su campaña que ella misma.

Y cuando una candidatura comienza a judicializar su propio naufragio, el problema ya no es externo: es estructural.

Christian Slater E.

Coronel (R) del Ejército de Chile.

Un Patriota sin partido político.